El circo de la RFEF
Con el despido de Jorge Vilda, la situación en la Real Federación Española de Futbol parecía encontrar una manera de calmar las aguas. Aceptar la renuncia de Luis Rubiales fue otro punto en el camino para tratar de controlar la situación, sin embargo, parece que subestimaron a sus campeonas del mundo.
El nombramiento de Montserrat Tomé como nueva Directora Técnica fue un movimiento calculado. Mantener a alguien de la escuela de Vilda y además, que podía ayudarles a maquillar la misoginia que se vive en los círculos más privados de la RFEF al anunciar con bombo y platillo a la primera mujer a cargo del equipo nacional, no fue más que una táctica para callar el ruido que había alrededor.
Ante esta situación, 39 jugadoras de la selección española de futbol, firmaron una carta hace unos días en donde solicitaban cambios estructurales reales, mismos que incluían reestructuración del organigrama del futbol femenino, gabinete de presidencia y secretaría general, dimisión del presidente de la RFEF y reestructuración del área de Comunicación y Marketing y de la Dirección de Integridad.
Las peticiones podrían parecer desproporcionadas si no analizamos el contexto, pues no olvidemos que el actual presidente de la Federación es gente de confianza de Rubiales y que el personal del área de comunicación falseó declaraciones de Jennifer Hermoso ante la desesperación por salvar el cuello de su entonces jefe.
A pesar de que los argumentos de las jugadoras son válidos y se suman a un abuso sistemático que viene desde la época de Ignacio Quereda, la Federación no deja las viejas prácticas de presión.
La primera convocatoria de Tomé viene acompañada de polémica pues no solo no respetó la decisión de las jugadoras de no ser llamadas a selección, sino que no notificó ni a las jugadoras ni a sus clubes sobre el llamado, cuando en plena presentación aseguró que ya había hablado con ellas.
De acuerdo a Relevo, la Federación no tenía planeada la logística de traslados para las convocadas hacia el punto de reunión, especialmente aquellas que viven fuera del país, como Laia Aleixandri o Lucía García, que se encuentran en Manchester, o Esther González que tendrá que viajar desde New York hacia Madrid. Hasta este momento algunas ni siquiera tienen boletos de avión para llegar a la convocatoria a tiempo ni tampoco existe un plan de logística, vuelos y hospedaje para llegar al partido contra Suecia.
Además, en la lista de Tomé figuran Mapi León, Patri Guijarro y Amaiur Sarriegi, quienes decidieron no ir al mundial hasta que hubiera cambios sustanciales, pero no hay ni rastro de Jennifer Hermoso. Nada nuevo en el horizonte si recordamos la moneda con la que le pagaron a Vero Boquete.
Con esto, no solo demostraron que su comunicado, publicado a unas horas de la primera lista de Montserrat Tomé como nueva seleccionadora, está lleno de incongruencias, también mostraron sus verdaderos colores.
Aunque aseguran de dientes para afuera que se encuentran en el camino de realizar los cambios y que para que estos se den “es imprescindible esclarecer cada uno de los comportamientos y conductas que hayan podido producirse y actuar, por tanto, con profesionalidad y justicia, dirimiendo las responsabilidades pertinentes en cada caso.”, la realidad es que están articulando todo para ejercer la presión que siempre han utilizado para acallar las revueltas.
“Garantizamos un entorno seguro a las jugadoras y apostamos por un clima de confianza mutua para que podamos trabajar juntos y logremos que el fútbol femenino siga progresando con mucha más fuerza. “
Las palabras que cierran este comunicado distan mucho de la realidad, pues con la convocatoria lanzada de manera oficial, las jugadoras están obligadas a acudir, de lo contrario podrían enfrentar el retiro temporal de su licencia federativa, con la que no podrían ni en selección ni en clubes y una multa económica. Algunas de ellas ya recibieron asistencia legal y tendrán que presentarse en la Ciudad del Futbol de Las Rozas, para evitar consecuencias.
El entorno seguro suena más a una guerra declarada.