Alexia Delgado
Cuando tenía 13 años, Leonardo Cuéllar organizó unas visorías en su ciudad y tras varias pruebas y partidos disputados, la eligió junto a otras 9 niñas para que fueran parte del grupo de jugadoras con potencial. En ese entonces tenían que entrenar dos veces cada quince días en el Centro de Formación de Monterrey o Guadalajara para poder ser evaluadas por Selecciones Nacionales y tener una posibilidad de estar en alguna convocatoria con el tricolor.
Su padre y ella viajaron durante un año en camión para asistir a estos entrenamientos. Al principio iban todas las niñas, pero poco a poco fueron dejando de ir, ya sea porque era pesado el trayecto, porque demandaba un gasto que ya no se podían permitir o simplemente porque ya no les interesaba seguir entrenando, hasta que al final solo iban su papá y ella.