25N: Por un fútbol sin violencia de género
El 25 de noviembre fue Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En esta fecha, reafirmamos un mensaje claro: ninguna mujer merece ser maltratada por el simple hecho de ser mujer. Ninguna mujer debe sufrir violencia por cómo se viste, por luchar por sus derechos o por practicar el deporte que desee. Es un día para reafirmar el derecho de todas las mujeres a vivir libres de cualquier forma de violencia.
Origen del 25N
El movimiento inició en 1981 en honor a la memoria de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, tres hermanas dominicanas y activistas políticas que fueron asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por orden del gobernante dominicano, Rafael Trujillo.
El 17 de diciembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Violencia contra la mujer en conmemoración de las hermanas.
Esta fecha inaugura los 16 días de activismo propuestos por la ONU en la campaña Únete, terminando el 10 de diciembre, que coincide con el. Día internacional de los Derechos Humanos.
El 25 de noviembre nos brinda un momento significativo para reflexionar sobre la violencia hacia las mujeres. Sin embargo, esta reflexión no puede y no debe limitarse a un solo día en el calendario. Es un recordatorio contundente de que la lucha contra la violencia de género es una tarea diaria, un compromiso constante que todos debemos asumir. También nos lleva a pensar en los diferentes espacios donde esta violencia puede manifestarse, como en el fútbol femenil.
Cómo se ve la violencia en el fútbol femenil
La violencia en el fútbol femenino viene de la mano del machismo, que, lamentablemente, es una forma de violencia. Luchamos contra esto desde hace mucho tiempo. El machismo ha sido uno de los motivos por los cuales el fútbol se ve como un deporte exclusivamente masculino. Esta idea machista de que las mujeres deben quedarse en casa, ocuparse del hogar, tener hijos y estar al servicio de los hombres ha sido un gran obstáculo para el progreso del fútbol femenino.
Otro tema que demuestra esta violencia es la gran disparidad salarial entre hombres y mujeres en el fútbol. No es solo una cuestión de querer ganar lo mismo, siempre sale el argumento de que "no generan lo mismo que los hombres". Pero no se trata de eso, sino de obtener un sueldo justo con el que puedan vivir del deporte. Eso es lo que las futbolistas merecen y por lo que luchan.
En las redes sociales, también se ve mucho acoso y violencia digital hacia las jugadoras. Comentarios inapropiados, discriminatorios y machistas que critican únicamente a las jugadoras por ser mujeres. Además, está la violencia ejercida por personas que abusan de su poder, sin la preparación adecuada para trabajar con mujeres.
El deporte tiene un enorme poder para cambiar mentalidades y promover la igualdad de género y el respeto hacia las mujeres. Debemos aspirar a un fútbol libre de violencia de género, un deporte donde lo importante sea simplemente el fútbol, sin etiquetas de género. Si lo manejamos correctamente, el deporte puede ser una herramienta poderosa para transformar la sociedad.