Jerarquías, procesos y desacuerdos
Si repasamos nuestras clases de Derecho, podemos recordar que el principio de jerarquía es aquel que señala que una norma no puede contradecirse con otra que esté ubicada por encima, ya que la misma no tendría efecto jurídico o no debería tenerlo.
Lo anterior está basado en la pirámide que Kelsen, quien creó este sistema para explicar la complejidad de las relaciones que se dan a partir de la existencia de las normas jurídicas dentro de un mismo marco legal.
Con ayuda de la teoría y del sentido común, pareciera que estamos frente a un tema muy sencillo de comprender. No obstante, la jerarquización de elementos corre el riesgo de verse seriamente comprometida al momento de otorgar juicios de valor a las cosas.
Cuando nos enteramos de que la Selección Nacional de México Femenil se mediría a su similar de Colombia en el Estadio Azteca, jamás dudamos de que la prioridad número uno de la Liga sería otorgar todas las facilidades para que Mónica Vergara tuviera a su disposición a las mejores jugadoras disponibles en la actualidad. La disyuntiva comenzó a gestarse cuando salió a la luz la idea de que las jugadoras de Tigres Femenil tendrían que concentrarse en el duelo que sostendrán en contra del Houston Dash, equipo profesional de la National Womens Soccer League, el próximo 19 de septiembre en Estados Unidos.
Mucha gente expresó su sentir y, como en la mayoría de las veces en las que el amor por un equipo crea sesgos ideológicos, se generó un debate considerable entre aquellas personas que aseguran que la Selección Nacional merece estar en la punta de la pirámide jerárquica del fútbol y aquellas que sostienen que es mucho más relevante un encuentro (amistoso, por cierto) entre el equipo más dominante de nuestro país y un equipo profesional que pertenece a la liga femenil con los mayores índices de asistencia en el mundo.
El debate por sí mismo es interesante, puesto que ambas posturas tienen argumentos totalmente válidos. Por un lado, la consolidación del proceso liderado por Mónica Vergara comienza a tener carácter de urgente y la evaluación de su trabajo entrará en una etapa en donde la exigencia será mayor, debido a la naturaleza oficial de los encuentros que estará afrontando en meses próximos. En el lado opuesto, encontramos una corriente que pondera y defiende el roce internacional de los equipos mexicanos, lo que sin duda representa una evolución del fúbol femenil en su conjunto.
Este texto no tiene como objetivo dar la razón a una u otra postura, por el contrario, fomenta la existencia de conversaciones alimentadas por posturas de diversa índole; la pluralidad de ideas siempre favorece al desarrollo de nuevas formas de interpretar la realidad, siempre y cuando haya respeto entre las y los interlocutores.
Al hablar de fútbol, transpiramos pasión, adrenalina y nuestros instintos más naturales son expresados en forma de argumentos. El ser humano ha aprendido muchísimas habilidades a lo largo de la historia, pero desafortunadamente no ha logrado aprender a expresar su desacuerdo, sin faltar al respeto o hacer ataques de índole personal hacia su contraparte.
En el tema de Selección Nacional, no podemos olvidarnos de que las convocatorias son un asunto de apreciación y que la última palabra la tiene Mónica Vergara. Podemos estar de acuerdo o no con los nombres de las jugadoras que han aparecido y que aparecerán en los llamados a concentraciones; lo que no debemos poner en tela de juicio es la credibilidad y la capacidad de la directora técnica para elegir a su plantel.
Tampoco se trata de defender el trabajo de una persona, sólo por el hecho de aferrarse a un proceso sin razón aparente. Aquí lo que se busca es encontrar el mejor futuro para nuestro fútbol femenil y estoy cierto de que el camino que más nos acercará al éxito es el del trabajo, la continuidad, la exigencia y el apoyo de todas y todos.
El consejo que tengo para todas aquellas personas que se dejan llevar por sus creencias, formas de vida, ideologías y valores, y que a su vez buscan imponer sus ideas por encima de las de los demás, es que cierren su burbuja social y se rodeen única y exclusivamente de personas que piensen igual que ustedes y que compartan los mismos intereses y el amor por sus equipos. De esta forma siempre encontrarán finales felices, pero siento decirles que jamás serán capaces de disfrutar el fútbol como lo que es, un deporte universal.