Lucía Yáñez: entre el acoso y la negligencia 

La futbolista Lucía Yáñez anunció su salida del Club Puebla Femenil tras ser víctima de acoso, hostigamiento y difamaciones en redes sociales. Desde la temporada pasada, Yáñez había denunciado la existencia de perfiles falsos que usurpaban su identidad, lo que la llevó a emitir un comunicado el 10 de junio donde expresó su preocupación por los ataques a su persona y a sus allegados, solicitando que se bloquearan y reportaran dichos perfiles.

 

El Club Puebla emitió un comunicado el 3 de octubre en respuesta a la renuncia de la jugadora, en el que aseguraron haber brindado apoyo y acompañamiento a Yáñez durante su permanencia en la institución. "Durante los nueve meses que Lucía perteneció al club, hubo acompañamiento en todo momento por parte de nuestra área de desarrollo humano para brindarle toda la ayuda posible ante las acciones recibidas en contra de su persona. A principios de septiembre, y aun con contrato vigente, la futbolista manifestó su deseo de regresar a su ciudad de origen, Los Ángeles, argumentando motivos personales".

La jugadora respondió al comunicado del club con su propia versión de los hechos, agradeciendo primero a los medios de comunicación y a la sociedad civil por su apoyo. Sin embargo, agregó que:

"Quiero comenzar agradeciendo al Club Puebla por abrirme las puertas de la Liga MX el pasado enero. Sin embargo, tras el comunicado del equipo publicado anoche, me veo obligada a decir que el club mintió. Lo que derivó en mi renuncia al equipo es algo que empezó desde la temporada pasada con acoso, hostigamiento, bullying y difamaciones en redes sociales. Por ello, lo hice del conocimiento de la directora técnica y directiva, buscando su apoyo, del cual solo encontré respuesta verbal. El acoso siguió, y nuevamente busqué a la directiva, la cual me llevó con el equipo de redes sociales del club para que bloquearan los perfiles que me difamaban. Sin embargo, solo lo hicieron por un periodo de tiempo, ya que los ataques continuaron, los cuales están a la vista en la fanpage del club. El 26 de marzo, las ventanas de mi casa fueron atacadas con piedras. En la jornada 1 contra Monterrey, lanzaron a la tribuna cientos de volantes difamatorios".

La futbolista también mencionó que solicitó acceso a las cámaras de seguridad del estadio, pero no recibió apoyo en este sentido. La solución ofrecida por el club fue otorgarle días libres para que pudiera aclarar su mente. También se le aconsejó que mantuviera sus redes sociales en privado y que su familia no comentara nada en la fanpage del club. Según Yáñez, dejó de ser convocada a los partidos para su protección. "Un directivo me dijo que, como ya era mayor de edad, podía denunciar por mi cuenta en la fiscalía", aseguró Yáñez, quien mencionó tener una grabación que lo respalda. Finalmente, dos aficionados la apoyaron y la acompañaron a presentar la denuncia.

Finalmente, Yáñez explicó que la directiva le ofreció darle de baja, pero no podría pagar los dos meses restantes de su sueldo. En su declaración, enfatizó que “por la situación de acoso ya no podía seguir en Puebla", lo que la llevó a tomar la decisión de renunciar. Además, solicitó una audiencia con la presidenta de la Liga MX Femenil, Mariana Gutiérrez, para que su caso sea escuchado y analizado, esperando que su denuncia no le cierre las puertas en el fútbol femenil mexicano.

En relación con la situación vivida por Lucía Yáñez, es importante analizar los puntos del Protocolo Modelo para Prevenir el Acoso y Hostigamiento que no se llevaron a cabo por parte del Club Puebla.

En el capítulo 2, que establece los objetivos de implementación del protocolo, se menciona la necesidad de generar un ambiente de seguridad, contención y confianza para que las presuntas víctimas puedan consultar y denunciar su situación. Sin embargo, Lucía indicó que, a pesar de sus intentos de buscar apoyo, la respuesta del club fue limitada y no se proporcionó un ambiente seguro para abordar sus preocupaciones.

Otro punto relevante en el mismo capítulo es la obligación de asesorar, asistir y acompañar a las personas afectadas de manera gratuita y libre de revictimización y estigmatización. A pesar de que el club afirmó haber brindado acompañamiento, Yáñez expresó que su experiencia fue opuesta, al no recibir el apoyo necesario para manejar la situación de acoso que enfrentaba.

El capítulo 8, que aborda el acoso virtual, describe varias formas de acoso en línea, incluyendo insultos electrónicos, hostigamiento y suplantación de identidad. La jugadora vivió estas situaciones, lo que encuadra su experiencia dentro de las definiciones que establece el protocolo. Este capítulo también destaca la importancia de proporcionar medios adecuados para realizar denuncias y el deber del club de acompañar a la víctima en la denuncia ante las autoridades competentes. Sin embargo, Lucía aclaró que no recibió el acompañamiento prometido, lo que pone en entredicho el cumplimiento de estas responsabilidades por parte del Club Puebla.

 

Más allá de la figura de Lucía como futbolista, es fundamental recordar que se trata de una persona, y como tal, la Liga MX Femenil y los clubes tienen la obligación de garantizar que sus jugadoras se sientan protegidas en todo momento, brindándoles un espacio seguro y el apoyo necesario para enfrentar situaciones como el acoso.


 

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