¿Qué podemos aprender a partir del incidente entre Nayeli Rangel y Dulce Martínez?

El riesgo de lesión es inherente al deporte; mantener ambos conceptos separados es una tarea imposible. Resulta una obviedad que hay ciertas disciplinas que son más propensas a este tipo de situaciones desafortunadas.

Las lesiones pueden ser resultado de un sinfín de factores, no sólo del contacto natural que existe entre dos o más cuerpos. De hecho, gran parte de las molestias físicas que sufren las y los atletas durante la práctica deportiva se dan gracias a una reacción adversa del cuerpo ante ciertos movimientos que parecieran de rutina.

Gracias al avance de la ciencia, el mundo deportivo ha mostrado un mejor entendimiento de las lesiones, lo que ha favorecido a su prevención y tratamiento adecuados.

Pero ni todo el avance científico, ni la mejor de las suertes erradicarán por completo las situaciones de crisis en el deporte (incluyendo las lesiones mismas). Eso lo saben las y los dueños de los equipos, es por ello que año con año invierte muchísimo dinero y esfuerzo en tareas enfocadas a salvaguardar la integridad física, psicológica, bienes y entorno, mediante programas de capacitación interna y comisiones mixtas de seguridad e higiene. Lo anterior avalado por normatividad aprobada por las autoridades de Portección Civil Federal, Estatal, Municipal o de la Ciudad de México.

Una situación que podemos catalogar como una crisis tuvo lugar durante el partido entre Puebla y Tigres correspondiente a la jornada 13 del campeonato local; el encuentro estaba prácticamente resuelto a favor de Las Amazonas, cuando vino un cobro de falta en contra de las poblanas. Nayeli Rangel, jugadora de Tigres, intentó un remate al arco, pero la inercia de la jugada hizo que su rostro impactara con la cabeza de Dulce Martínez, defensa de Puebla.

Mayor perseguida por Dulce Martínez

Fotografía: @ClubPueblaFem

Lo que parecía un choque de cabezas, de esos que se dan frecuentemente en cada partido, rápidamente se convirtió en una situación que puso en riesgo la salud de Rangel. Entre el impacto que protagonizaron Rangel y Martínez y el ingreso del Médico Especialista* y el cuerpo médico de ambos clubes, transcurrieron aproximadamente 5-6 segundos. Contamos 9 segundos más y la atención ya se estaba llevando a cabo, primero a Martínez (considerada como prioridad con base en el triage de emergencia) y, después de descartar daño neurológico, a Rangel, quien afortunadamente también recibió un diagnóstico negativo de daño en el sistema nervioso.

Como resultado de la evaluación médica, el protocolo de conmoción fue activado y el cambio se realizó para comenzar con la rehabilitación correspondiente. Como nota mental, según el Protocolo de Conmoción Cerebral de la Liga BBVA MX Femenil, para que una lesión sea considerada como conmoción cerebral no será necesario que la persona esté inconsciente, ni que el traumatismo haya sido en la cabeza, ni que exista pérdida parcial o total de la memoria.

A pesar de que el accionar del Médico Especialista se dio en tiempo y forma (evaluación en cancha de menos tres minutos, así lo menciona el Protocolo de Conmoción), durante la atención se vivieron momentos de incertidumbre dentro y fuera de la cancha. Y de hecho me atrevo a decir que la reacción de las jugadoras de Tigres es entendible. En medio de una crisis el común denominador es que se pierda el control y por ende se lleven a cabo acciones un tanto estridentes. Sin embargo, la atención que estaba recibiendo las jugadoras era la correcta.

Le prometo, querida y querido lector, que si el Médico Especialista hubiese determinado que Rangel o Martínez presentaban síntomas como dolor o sensibilidad del cuello, visión doble, debilidad, hormigueo o sensación de quemadura en brazos o piernas, dolor de cabeza severo, ataque epiléptico, pérdida de consciencia, comportamiento de inquietud o agitación o vómito, se les hubiera retirado inmediatamente del campo para una evaluación mucho más profunda (SCAT5**).

Nayeli Rangel

Fotografía: @TigresFemenil

Ahora bien, comprendo que el tema de la retirada del campo de Rangel en la camilla que ya todas y todos hemos visto hasta el cansancio, también llamó la atención de muchísima gente. Y quizá también puedo llegar a entender la indignación, puesto que tenemos como costumbre ver el famoso “carrito de las desgracias” en acción, incluso en acciones de menor gravedad.

Sin embargo, reglamentariamente hablando, la presencia o no de dicho automóvil no condiciona la celebración de un partido de futbol. Es más, el Comisario de la Liga MX no tiene a obligación de confirmar que el Club local tenga este servicio (contrario a lo que sucede con la presencia de ambulancia, camilleros, desfibriladores, consultorio médico equipado, sala de control de dopaje y Médico Especialista).

Es aquí donde nuestros cuestionamientos deberían enfocarse a preguntarle a la Liga la razón por la cual no es obligatoria la presencia de los carritos de apoyo. Muy probablemente encontraremos respuestas que justifiquen dicho tema por asuntos de logística, presupuesto, etc. Para lo cual también surgirá otra conversación que se dirija hacia temas de igualdad, reducción de brecha salarial y demás, pero eso, sin duda, abre otra gama enorme de pendientes en los que deberá de trabajar nuestra Liga para lograr posicionarse como una Liga top.

Para cerrar este texto, solo me queda decir que sí, la Liga tiene una lista enorme de áreas de mejora y yo he sido y seré de los que mantendré siempre una línea discursiva basada en la crítica para lograr el desarrollo de nuestro futbol. Pero en esta ocasión, por mucho que la retórica golpista y/o sensacionalista sea bastante seductora, no veo ningún tipo de omisión por parte de la Liga y desde luego le invito, querida y querido lector, a reflexionar sobre el uso indiscriminado de términos como negligencia e irresponsabilidad ante este tipo de sucesos.

Por el contrario, si está interesada o interesado en conocer los protocolos de acción y las responsabilidades que tienen la Liga, los Clubes y autoridades gubernamentales para que se den las condiciones adecuadas para que con motivo del desarrollo de partidos de futbol, no se altere el orden público, ni se ponga en riesgo la integridad física de las y los participantes y espectadoras y espectadores, le invito visitar el Protocolo de Conmoción, el Manual de Comisario y el Manual General de Protección Civil “Estadio Seguro”.

* Persona designada por la Liga MX, cualificada y certificada para evaluar en trauma craneoencefálico y que sea capaz de diagnosticar con base en el protocolo la permanencia o no en el partido de los jugadores después de un traumatismo craneoencefálico además, ducha figura debe estar plenamente familiarizada con el Protocolo de Conmoción basado en evidencia científica. Es importante señalar que el Médico Especialista es el único facultada para determinar o no la presencia de una conmoción cerebral o sospecha de la misma.

** Herramienta estandarizada y de uso exclusivo médico para determinar el grado de una conmoción cerebral deportiva.


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