Se cimbra la NWSL
Sólo hay un lugar para comenzar esta nota y es el reportaje de la periodista Meg Linehan publicada el pasado 30 de septiembre en el periódico The Athletic. En él detalla las acusaciones de las ex jugadoras de la NWSL Sinead Farrelly y Mana Shim sobre cómo Paul Riley las manipuló y coaccionó mientras era su entrenador en 2015.
El reportaje ocasionó no sólo un terremoto en la NWSL sino también la intervención de la Federación de Fútbol de Estados Unidos (U.S. Soccer) y de la FIFA.
El mismo día que salió la noticia, el club de North Carolina Courage, donde Riley era entrenador, informó en sus redes sociales la destitución inmediata del que las llevó a ganar los campeonatos en 2016, 2018 y 2019. La Comisionada de la NWSL, Lisa Baird, emitió un comunicado diciendo que estaba conmocionada por las “nuevas” acusaciones y que se crearía un proceso de informes anónimos para las jugadoras y el personal. Más tarde informó sobre la suspensión de los juegos programados para el fin de semana debido a la gravedad de los hechos. Al día siguiente, la Junta Directiva de la NWSL anunció que llegaría al fondo del asunto y comunicó que había recibido y aceptado la renuncia de Lisa Baird, así como de la abogada general Lisa Levine.
La U.S. Soccer manifestó su apoyo a Farrelly y Shim, así como la suspensión de la licencia como entrenador de Riley y el inicio de una investigación al respecto. La FIFA por su parte, mostró su preocupación e informó que abriría una investigación preliminar; reiteró que “cualquier persona declarada culpable de mala conducta y abuso será procesada, sancionada y expulsada del juego”.
¿Cómo fue que The Athletic decidió investigar y publicar sobre lo ocurrido a Sinead Farrelly y Mana Shim en 2015 y por qué no es considerada sólo una historia más de abuso?
Vamos por partes, ¿quiénes son Farrelly y Shim?
Sinead Farrelly estudió en la Universidad de Virginia y fue semifinalista para el Trofeo Hermann (máximo reconocimiento para una jugadora de fútbol universitario) en 2009. En 2011 se unió al equipo Philadelphia Independence (de la liga profesional anterior a la NWSL), en donde Paul Riley fungía como entrenador. En 2012, cuando la liga se desintegró, Farrelly se fue junto con el resto del equipo y Riley al New York Fury, club de la liga semi profesional. En 2013 firmó con Kansas City FC para la temporada inaugural de la NWSL y en 2014 el Portland Thorns, donde nuevamente se encontraba Riley, adquirió sus derechos y jugó para ellos 2 temporadas. Se retiró en 2016 cuando jugaba para los Boston Breakers. Farrelly fue representante de las Selecciones sub17, sub20 y sub23 de Estados Unidos.
Farrelly mencionó en el reportaje de The Athletic que desde 2011, cuando ella tenía 22 años, Riley inició la manipulación y el acoso y que mediante amenazas de despedirla y echar para abajo su carrera como futbolista profesional, en diversas ocasiones se vio obligada a tener relaciones sexuales con él. Esto continuó hasta finales de 2015 que Riley fue despedido de Portland Thorns. Riley le hizo prometer que lo sucedido entre ellos no saldría nunca a la luz pública.
Durante la estancia de Mana Shim en Portland, en la temporada de 2015, Paul Riley también la manipuló y acosó, utilizando las mismas amenazas. A diferencia de Farrelly, Shim se acercó a Alex Morgan, quien en ese entonces jugaba con las Thorns y le platicó lo que estaba sucediendo y de una experiencia en particular entre ella, Riley y Farrelly. Morgan intentó apoyarla para hacer la denuncia de manera anónima pero no tuvo éxito. Hacia finales de la temporada de 2015, Shim redactó un correo con los principales incidentes, el cual envió a Merritt Paulson, dueño del equipo y a otros directivos, incluido el comisionado de NWSL. A los pocos días recibió una respuesta comunicándole que se haría un seguimiento a su correo.
La investigación realizada por el equipo incluyó entrevistas a Shim y Farrelly. Al término de la temporada el equipo anunció la baja de Riley, argumentando los malos resultados obtenidos. Días después, Farrelly fue intercambiada al club de Bostons Breakers sin ninguna explicación.
En febrero de 2016 el Western New York Flash, predecesor de NC Courage, presentó a Riley como su nuevo entrenador. De acuerdo con entrevistas realizadas en el reportaje, su comportamiento persistió.
Los años pasaron y el asunto quedó olvidado, para algunos. A mediados de 2020 fue anunciada la asociación de diversas mujeres empresarias, deportistas y actrices para fundar al equipo Angel City FC, el cual debutará en la NWSL en 2022. Esta noticia, así como el movimiento mundial denominado #MeToo, dieron valor a Farrelly de contarle a Shim todo lo sucedido entre ella y Riley. Ambas contactaron nuevamente a Alex Morgan y discutieron cómo evitar que otras jugadoras sufrieran abusos. Una pregunta clave surgió: ¿por qué no existía una política en la NWSL que rigiera el trato a las jugadoras?
Morgan se dio a la tarea de recopilar la firma de 240 futbolistas en una carta que se envió a Lisa Baird en marzo de 2021. En ella se pedían acciones para garantizar lugares de trabajo seguros e inclusivos, así como vías para presentar quejas y garantías de que la NWSL protegería a cualquier jugadora de represalias.
Días después, tanto Shim como Farrely enviaron de manera independiente un correo electrónico a Baird directamente. Adjunta a su correo electrónico estaba la queja original que compartió Shim con los Thorns en 2015 y la experiencia vivida por Farrelly. Le solicitaron a Baird que abordara nuevamente la investigación original sobre el comportamiento de Riley en Portland. Un mes después, Baird les informó que el caso había concluido en 2015 y que no podía proporcionarles más información.
La NWSL publicó en abril una política en la que se prohíbe el acoso, el acoso sexual y la conducta sexual inapropiada. La política tuvo un gran impacto y algunas cabezas empezaron a rodar meses después.
En julio, NJ/NY Gotham FC despidió a la gerente general Alyse LaHue después de que la liga realizara una investigación por acoso, aunque no se dieron más detalles. Ese mismo mes, el director ejecutivo de OL Reign, Bill Predmore, le pidió al entrenador Farid Benstiti su renuncia después de que se investigara una queja contra él por "comentarios inapropiados". En agosto, Washington Spirit informó que el entrenador Richie Burke dimitiría de su puesto por motivos de salud y pasaría a ocupar un puesto de dirección. Un día después, un reportaje del Washington Post sobre acusaciones de lenguaje racista y abuso verbal por parte de Burke, llevó al equipo a cambiar su historia anunciando su despido y una investigación sobre los hechos. También en agosto, Racing Louisville dio por terminado el contrato de su entrenador Christy Holly por “causa justificada”. Las noticias locales informaron que las jugadoras se quejaron de un ambiente tóxico.
Como se puede apreciar, la historia de Paul Riley dejó al descubierto un patrón dominante en la NWSL. En él se busca tapar la verdad sobre el comportamiento de sus entrenadores, hasta que un tercero descubre la verdad y no queda más que aceptarlo. Adicionalmente, se les protege y en múltiples ocasiones, se les permite seguir entrenado.
Tal es el caso de Riley que después de lo de Portland continuó con Western New York Flash. Lo mismo con el entrenador de Utah Royals, Craig Harrington. pues en septiembre de 2020 su contrato fue rescindido después de que los directivos del equipo recibieran una carta firmada por todas las jugadoras informando sobre comentarios inapropiados. Meses después, Harrington fue solicitado para dirigir a las Águilas del América en la Liga MX Femenil. Y nuevamente con Farid Benstiti, quien fue contratado por el OL Reign pese a que meses antes Lindsey Horan había hablado sobre sus experiencias cuando Benstiti, en múltiples ocasiones la avergonzó por su peso cuando jugaba para él en el Paris Saint-Germain.
Este es un patrón que cuenta con el respaldo de los directivos de los clubes quienes tienen los mismos comportamientos que sus entrenadores. Peor aún, con el respaldo de una liga cuya principal función debiera ser la de cuidar a su activo principal: las jugadoras.
Los que por fortuna no han pasado por una situación de acoso pudieran pensar que es muy fácil decir “no”. Meghan Klingenberg, jugadora de los Portland Thorns, lo dejó claro comentando:
"Nos han condicionado a pensar que esta liga podría retirarse en cualquier momento y tenemos que hacer sacrificios para que funcione. Y cuando piensas eso y piensas que tus sueños se van a esfumar, haces casi cualquier cosa que tu entrenador diga o quiera y aceptarás cualquier contrato que te den".
En la NWSL, los equipos pueden renunciar a las jugadoras con 24 horas de anticipación sin obligaciones continuas, pueden poner a las jugadoras como agentes libres sin previo aviso, controlar sus derechos más allá del final de los contratos a través del "proceso de fin de temporada" y pueden mantener los derechos de los jugadores a perpetuidad. Esto resulta en situaciones a veces absurdas, como cuando una jugadora se va a jugar a un país diferente, sólo para regresar a los Estados Unidos y descubrir que sus derechos están en manos de un equipo en el que nunca aceptaron jugar, como les pasó a Tobin Heath y Christen Press este año.
Una vez publicado el reportaje de Meg Linehan en The Athletic, las reacciones no se hicieron esperar. Alex Morgan publicó los correos que Shim envió a Baird sobre lo sucedido en 2015, echando abajo el argumento de Blair de que para ella era algo “nuevo”. Megan Rapinoe, Jessica Fishlock, Christine Sinclair y Becky Sauerbrunn, entre otras, realizaron publicaciones en sus redes sociales resaltando el abuso que sufrían las mujeres una y otra vez por parte de la liga y sus equipos, y pidiendo un fin a esto.
La Asociación de Jugadoras de la NWSL dieron de alta un sitio en el que, durante 24 horas, se podrán hacer denuncias anónimas sobre violaciones a la política emitida en abril. Veremos qué tanto sale. Parece ser el inicio de una larga historia.
Una pena lo que está sucediendo en una liga considerada como de las más importantes del mundo. Simplemente da escalofríos imaginarse lo que seguramente está pasando en ligas menos organizadas.
No cabe duda de que el mensaje más claro que deja el reportaje es la importancia de atreverse a reportar y el contar con el respaldo de personas dispuestas a luchar.