El día que parecía que nunca iba a llegar
Nada es eterno. Nada. Lo maravilloso de la vida es que absolutamente todo tiene un principio y un final. Y es que si hacemos un profunda reflexión sobre nuestra existencia, el hecho de saber que todo tiene una fecha de caducidad nos hace extrañar el pasado, disfrutar el presente y anhelar el futuro.
Cada día que llega a su fin es único e irrepetible, por lo que es fundamental vivir con la intención de que nuestras acciones dejen algún tipo de huella. Porque al final de cuentas nuestra existencia es efímera, pero nuestra herencia es eterna.
El peor momento de una obra de teatro es cuando cae el telón, pero hay ocasiones en donde es justo a partir de ese momento cuando somos más felices, pues comenzamos a recordar todo eso que nos hizo sentir la obra que acabamos de ver.
Hay una fecha que recordaremos todas y todos los que amamos el futbol; el 2 de agosto de 2023 quedará en la memoria como el día en que se cerró el telón de la obra llamada “Marta y su excepcional carrera futbolística”.
El adiós de una de las futbolistas más grandes de todos los tiempos estuvo acompañado por otro trago amargo para la selección brasileña y su afición, pues ese mismo día llegó a su fin una participación poco favorable para la verdeamarela en el mundial de Australia & Nueva Zelanda de ese año.
El empate ante Jamaica significó la vuelta a casa de las brasileñas. La eliminación caló profundamente en todo el plantel y eso se pudo percibir en la cancha al finalizar el partido, pero las miradas se enfocaron inmediatamente en su leyenda: Marta Vieira da Silva “Marta”, quien a pesar de que día tras día parecía desafiar a las leyes de la naturaleza, hoy se enfrentaba al inevitable paso del tiempo.
No cabe duda que la tristeza que representa su adiós hará eco en prácticamente todos los corazones de miles y miles de personas alrededor del mundo. Resultará complicado asimilar una realidad en la cual la selección brasileña excluya de sus convocatorias a su mítica número 10. No obstante, el legado que deja es aún más grande que su palmarés.
Estamos frente a una figura de talla internacional que ha llevado a cada rincón del planeta el mensaje de la equidad en el deporte. Es también una mujer que ha luchado en contra de los prejuicios de esta sociedad y se ganó el respeto de la afición gracias a su enorme calidad y compromiso con su carrera como atleta profesional, pues mantener un alto nivel competitivo por más de 20 años no es una tarea sencilla.
En 2003, año en que debutó con su selección, no existían referentes en el futbol femenil en el mundo. No nos vayamos lejos, tan sólo 24 años antes de su primera participación con la verdeamarela ,el futbol estaba prohibido para las mujeres. Este decreto, que vio la luz en 1941, remitía a las autoridades a las mujeres que jugaban futbol, pues las consideraba físicamente inferiores a los hombres, por lo que la justificación estaba relacionada con la protección de la integridad de la mujer.
Marta aprovechó la irrupción de los movimientos feministas alrededor del mundo y los tomó como ejemplo para luchar por sus sueños. Si bien únicamente lo que ella quería era jugar el deporte que tanto amaba, el destino le tenía listo un lugar en el olimpo del futbol.
Con 17 goles, la FIFA la reconoce como la futbolista con más anotaciones en mundiales en la historia (sin importar el género). Y a pesar de que jamás pudo levantar la Copa del Mundo, alcanzó la final en la edición 2007 de dicho certamen (donde fue nombrada la jugadora del torneo). Además conquistó la plata en los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008, respectivamente, así como el campeonato en los Juegos Panamericanos de 2003 y 2007.
Por si fuera poco, hay otro galardón que Marta ha recibido más veces que ninguna otra futbolista: el premio a la “Jugadora del Año”. Esto quiere decir que el máximo órgano rector del futbol a nivel mundial ha reconocido a Marta como la mejor futbolista del planeta en 6 ocasiones (2006, 2007, 2008, 2009, 2010 y 2018).
En realidad cualquier elogio se queda corto para describir la carrera de una futbolista que ha tenido tanto impacto en este deporte. Porque no sólo se trata de practicar un deporte y tener talento para el mismo, se trata de sobreponerse a la norma y crear micro-grietas en estructuras que parecían monolíticas, de esta forma Marta se fue creando su propio camino y llegó a convertirse en la futbolista que hoy es.
Entiendo, querida y querido lector, que hay personas que se oponen a la politización de las figuras deportivas; incluso puedo comprender el hecho de que éstas se nieguen a comprometerse con causas alejadas de la práctica deportiva. Sin embargo, yo celebro que figuras de este nivel aprovechen la plataforma mediática que tienen para participar en proyectos de impacto social.
Y es que, más allá de la constancia, existe un común denominador a lo largo de la carrera de Marta: la firme intención de heredar a las nuevas generaciones de futbolistas un panorama mucho más favorable del que ella se encontró cuando inició su carrera.