Gracias, guerreras
No había pretexto para esta Selección Mexicana en esta primera edición de la Copa Oro W 2024 . Tenemos liga profesional, se cambió al Cuerpo Técnico, se creó la Dirección de Selecciones Nacionales Femeniles, regresaron jugadoras históricas a las convocatorias, se tuvieron juegos Panamericanos y Centroamericanos para ir trazando el camino de lo que sería la primera prueba de fuego para las dirigidas por el Pedro López.
Sin embargo, hoy no quiero escribir de como fue el torneo o el análisis y resultados de cada partido hoy quiero decir “gracias”.
Gracias a la afición que se hizo presente en todos los partidos y las hizo sentir en casa, porque nunca dejaron de alentar, incluso cuando los partidos se complicaban. Por la forma en que celebraron los goles que nos dieron la victoria frente a la selección de Estados Unidos, por cómo no se desanimaron después del empate contra Argentina y por creer en ellas hasta el último minuto de su participación.
Gracias a las podcasteras, blogueras que han estado desde el principio dando visibilidad al futbol femenil que sin ellos y el esfuerzo monumental que hacen para tenernos informados y bien documentados todavía estaríamos debatiendo si vale la pena tener una liga en el país y a los medios de comunicación como ESPN con la transmisión de los partidos y por el gran acierto de tener como narradoras y analistas a Desirée Monsiváis y Julia Headley porque nos hicieron emocionar y comprender que pasaba en el juego no solo en lo táctico sino en lo mental , logrando que nos sintiéramos más cerca de las jugadoras, a quienes les dedicaron segmentos o portadas para que la historia que escribieron las mexicanas quedara en la memoria de todos los que vimos cuando se le gano a las cuatro veces campeonas del mundo, en su estadio pero no con su gente.
Gracias a Pedro López que desde el empate en el primer partido de la fase de Grupos contra Argentina reconoció su error en el planteamiento del juego y realizó los ajustes necesarios para los partidos contra República Dominicana y Estados Unidos, por entender que se habían preparado para todo el torneo no solo para enfrentar a EUA y así llegar contra Paraguay a demostrar la calidad técnica y física así como la madurez mental con la que vienen trabajando desde el inicio de su proceso y que pese a la eliminación en Semifinales contra Brasil, se logró dar un paso de oro ya que estaba claro que tenemos con que competir a grandes Selecciones y eso era algo que necesitaba tanto la afición como las jugadoras, entender que México está para más y que este es el camino.
Gracias a Jackie Ovalle que llevo su magia a esta copa e hizo que el mundo volteara a ver la pasión, técnica y talento que hay en México, a Mayra Pelayo que demostró ser un gran revulsivo, a Rebeca Bernal quien tuvo la capacidad de reponerse al fallar un penal y dar un gran torneo no solo como una jugadora más si no como la capitana de esta selección, a la Greta y Ferral que vaya que conocen el juego una de la otra, a Karen Luna que dejó en claro que ella está para seguir siendo seleccionada nacional, a Barreras que nos dejó porterías en cero y atajo penales, a todas y cada una de las convocadas a este torneo porque aunque no todas participaron dentro del campo su unión y fuerza como equipo hizo que todos nos quitáramos las playeras de nuestros equipos favoritos y nos pusiéramos la verde, porque fueron una fortaleza mental en todo momento pues lucharon todos los partidos hasta el final, porque todas hicieron magia con su talento y disciplina, por la emoción que nos dieron al superar los pronósticos que se tenía de las seleccionadas mexicanas y porque poco a poco vamos viendo que este equipo y sus pasos de ORO van firmes y que el proceso apenas está empezando pero que hay rumbo.
Gracias por todas y cada una de las niñas que quieren ser futbolistas y que ahora ya tienen referentes y que soñar en grande es posible, que esta sea la punta de flecha para las siguientes generaciones que quieran escribir en letras doradas el futuro del futbol femenil mexicano.
Gracias por regresarnos la emoción de ver a México competir con pasión.