Clásico debate

El lenguaje es una herramienta que el ser humano utiliza para poder comunicarse dentro de su comunidad. Éste representa un constructo que ha ido evolucionando con el tiempo y que ha sufrido un sinfín de modificaciones a lo largo de los años.

A pesar de la complejidad que poco a poco ha ido adquiriendo, la base sigue siendo la misma desde que la sociedad aprendió a desarrollar una comunicación verbal. Dicha base se sustenta en la conceptualización de las cosas.

Sin el proceso de conceptualización, simple y sencillamente el lenguaje que conocemos y utilizamos hoy en día sería algo completamente abstracto y quizá hasta imposible de comprenderse de forma universal.

La necesidad de otorgarle un nombre a las cosas surgió a partir del desarrollo del pensamiento abstracto en el cerebro humano. Pero, ¿acaso es necesario que absolutamente todo en esta vida tenga una etiqueta para poder tener valor? Por otro lado, ¿el disfrute de un “algo” depende en su totalidad de que lleve un nombre o podemos ser felices por el solo hecho de que ese “algo” nos dé algún tipo de satisfacción?

Fotografía: Eleven Legends

Este tipo de cuestionamientos vinieron a mi cabeza a partir de que me di cuenta que el partido entre Chivas Femenil y Tigres Femenil ha desatado una polémica relacionada con el hecho de llamarlo “clásico” o no. La conversación se apoderó de prácticamente todas las plataformas a las cuales ambas aficiones tienen acceso. Y no estamos ante un tema que nació ayer, el debate ha sido una constante cada que estos equipos se ven las caras torneo a torneo. En virtud de lo anterior, he presenciado horas y horas de intercambios de ideas entre seguidoras y seguidores de ambas escuadras sobre si este encuentro es digno de tener el mote (o no) de un clásico dentro de la Liga BBVA MX Femenil. 

Por supuesto que en la sociedad actual la representación es absolutamente necesaria. Llamar a las cosas por su nombre es una tarea que todas y todos debemos llevar a cabo, de lo contrario estaríamos negando la existencia de algo dentro eso que llamamos sociedad. Sin embargo, una cosa es visibilizar un concepto o una problemática y otra muy distinta es utilizar la conceptualización como un medio para satisfacer ciertos intereses. 

Un ejemplo de lo anterior es la excesiva propaganda de la que hacen uso las corporaciones para tratar de vendernos un producto. En este caso, hemos sido testigos hasta el cansancio de las innumerables campañas publicitarias relacionadas a la promoción de un partido del calibre entre dos grandes instituciones deportivas, como lo son el Deportivo Guadalajara y el equipo de la Universidad de Nuevo León.

No nos dejemos engañar y aprendamos a discernir entre las intenciones de las grandes corporaciones y lo que nos compete como aficionadas y aficionados, que es el disfrute de un hermoso deporte como el futbol. Pareciera que lo que estoy buscando es evitar que las personas se identifiquen con sus equipos, sientan pasión por sus colores o disfruten la rivalidad que se genera en el deporte. No obstante, lo que estas líneas pretenden es hacer conciencia de lo que significa disfrutar un partido de futbol, independientemente de las etiquetas o incluso los factores externos que impactan directa o indirectamente en el mismo. 

Y es que al perder el tiempo discutiendo sobre la grandeza, la importancia o la influencia de tal o cual equipo, nos olvidamos de que las protagonistas de este asunto son las jugadoras y el espectáculo que son capaces de ofrecer sobre un campo de futbol.

Es una pena que a días del silbatazo final, aún haya gente que siga discutiendo qué equipo es más grande que otro, en lugar de reconocer el carácter de una guardameta de 19 años como Celeste Espino, el enorme trabajo defensivo y calculador de Karol Bernal, la gran personalidad que mostró Araceli Torres ante una de las mejores goleadoras del certamen como lo es Mia Fishel o la seguridad que mostró Casandra Montero en una posición que, si bien no desconoce, no es la que mejor domina. 

Fotografía: Eleven Legends

Lo anterior se trata solo de una breve evaluación al trabajo de la defensiva de Chivas, pero no olvidemos que este equipo tiene una inteligencia emocional envidiable y un par de elementos como Jaramillo e Iturbide que te dan pausa y saben tomar decisiones dentro de contextos sumamente estresantes, lo que casi siempre se traduce en puntos en favor de la causa rojiblanca.

Ahora bien, si trasladamos el enfoque hacia el otro lado de la moneda, una parte de la afición de las Amazonas se dedicó a desacreditar al rival o al tipo de encuentro y se olvidó por completo del desempeño de Santiago o de los innumerables intentos de Ovalle por encontrar el desequilibrio y a la postre asistir a Fishel, Kanu o a Mayor. Por supuesto que no fue el mejor partido para las de Nuevo León, al contrario, el costado de Natalia Villarreal careció de profundidad y jamás encontró la contundencia que ella hubiese deseado; ni hablar de la desafortunada exhibición de Greta Espinoza, quien constantemente se vio rebasada por sus rivales, lo que hizo que dejara el terreno de juego apenas al minuto 45. 

Fotografía: Eleven Legends

El examen final del partido tiene que verse afectada por la lluvia que azotó el municipio de Zapopan y que originó la detención del mismo aproximadamente al minuto 75. Es evidente que bajo estas circunstancias es complicado realizar un examen totalmente objetivo, ya que las condiciones de la cancha y las incomodidades físicas generadas por la enorme cantidad de agua que se almacenaba en el cuerpo de las jugadoras, entorpecieron la práctica deportiva en su totalidad.

Éste es tan solo uno de tantos ejemplos que a diario vemos en nuestro futbol. Tristemente podemos ver que el interés por el deporte poco a poco se ha ido desvaneciendo, a la par de que la admiración del circo que se genera a partir de que 22 seres humanos juegan futbol va en aumento. En otras palabras, a cierto sector de la afición y medios de comunicación ya no les gusta el futbol, al contrario, lo que les gusta es enfrascarse en eternas discusiones por ver quién tiene la razón o por tratar de imponer su punto de vista sobre el del prójimo.

¿Cómo hacer para cambiar el chip y disfrutar de la belleza de este deporte? Muy fácil, sintonicemos el partido de nuestra elección, reconozcamos el trabajo de todas y todos los que hacen posible dicho encuentro y celebremos que en México tenemos equipos capaces de regalarnos espectáculos de primer nivel; lo mejor de esto, querida y querido lector, es que podemos verlos enfrentarse entre ellos cada semestre, no importando si tienen o no la categoría de clásicos.


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