Entre criticar y reventar
Es difícil pensar que siempre tendremos la razón en todo, algo parecido es imponer nuestras opiniones. No es malo, todo es debatible. El mayor problema es el exceso, tirar hate, tachar, atacar, etc. ¿No se supone que en el fútbol femenil teníamos otro ambiente?
Recién vi unos tuits sobre eso con el nuevo alcance que está teniendo tanto la liga y recientemente la selección, estamos viendo más opiniones, algunas polarizadas, otras más sustentadas y algunas últimas invocando cambiar decisiones que nosotros no tomamos.
Sin embargo, existen tonos similares y que precisamente tocaba en el texto pasado, pero que ahora están teniendo límites que quizá no es el momento ideal para alcanzar. Tal vez si fuera una lista mundialista o una convocatoria donde no está una jugadora que no debiera faltar (inserte la que guste), la opción del debate existiría, al menos para la mayoría.
No dimensionamos el poder que existe gracias a las redes sociales que nos acercan de forma instantánea a nuestro entorno, pero ¿hemos pensado la reacción al leer nuestros comentarios? porque créanme, nos leen.
Imaginemos ahora estar del otro lado de la pantalla, ver alguna etiqueta en una publicación y mirar la cantidad de adjetivos que nos describen por estar en una convocatoria para llegar a pensar si de verdad somos grandes opciones para jugar. Habrá quiénes lo tomarán sarcásticamente como Renata Masciarelli, pero existirán quiénes no. Aún así, supongo que las jugadoras saben lo buenas que son y “pasan de largo” con dichos comentarios.
El caso Robert Enke
Cuando suceden este tipo de acciones no puedo dejar de asociarlo a lo que les podría afectar tanto anímicamente como en una baja notoria de juego por darle importancia a dichos comentarios, ya sean de aficionados o hasta de la propia prensa.
Robert Enke fue un arquero alemán que pasó por el Barcelona, cambió su entorno para recaer en uno de los clubes más importantes del mundo. Falló en una ocasión tras un disparo a puerta, fue señalado, criticado hasta el cansancio y jamás volvió a ser el de antes. Falleció en 2009 a causa de depresión derivada de una cadena de factores que terminaron por condenarlo al suicidio.
“Ronald describe a Robert como una persona que se echaba en cara sus errores, los magnificaba y se autoinculpaba; a pesar de parecer muy fuerte, en realidad era vulnerable y vivía periodos de angustia.”
Robert Enke y el abismo de la depresión clínica por Apuntes de Rabona.
En esta época de inmediatez y comunicación, olvidamos lo que es hablar o escribir al vapor, se entiende, pero también debemos recordar lo que nuestras palabras conllevan, sobre todo viendo que nos hemos olvidado del factor humano. El caso mostrado fue un polo que terminó en el peor extremo posible, dejando un tema importante que parece tabú: la salud mental.
Ojalá podamos ser más precavidos o al menos descalificar con otro criterio, como mínimo. Teniendo un sin fin de herramientas para poder aprender, crecer y generar debates más allá de una simple camiseta o un gusto, si fuera por ello, nadie estaría conforme pero podemos tener un circulo mejor, uno que puede alejarse de la polémica de siempre.