Fútbol libre de sexismo

La imagen muestra un balon en la cancha con una frase que dice " Luchamos todas, todos llos dias", que representa no lo que se ha trabajado para tener un lugar en el mundo del futbol

Fotografía: Eleven Legends

El fútbol une a personas de todas las edades, culturas y nacionalidades, es el encargado de despertar muchas emociones de quienes aman este deporte, pero también es escenario de desigualdades y prejuicios.

Uno de esos problemas es el sexismo, una forma de discriminación que se basa en el sexo o género de una persona, que implica tratar a las personas de manera desigual o injusta. Esto puede manifestarse a través de creencias en la superioridad de un género sobre otro, estereotipos de género y comportamientos discriminatorios.

El sexismo en el fútbol femenino tiene un impacto significativo en las oportunidades y el reconocimiento de las jugadoras. En primer lugar, las futbolistas se enfrentan a una falta de apoyo económico y coberturas en comparación con el fútbol masculino.

Esto se traduce en salarios más bajos, menor inversión y menos visibilidad para las competiciones y los partidos. Además, las jugadoras a menudo luchan contra estereotipos de género que subestiman sus habilidades y competitividad, generando una idea errónea de que el fútbol es exclusivamente masculino.

Otra manera en que afecta a las futbolistas el sexismo es la discriminación y los prejuicios que enfrentan las jugadoras en relación con su apariencia. Se espera que las futbolistas cumplan con ciertos estándares de belleza y feminidad, lo que puede afectar su libertad de expresión y comodidad en el campo.

Además, las críticas basadas en su aspecto físico y los comentarios despectivos hacia su vida personal son más frecuentes que en el fútbol masculino. Esto limita el reconocimiento, la valoración de las habilidades y el esfuerzo de las mujeres en el fútbol.

Cada jugadora merece ser vista por su habilidad y pasión por el juego, sin importar su género. Es momento de apoyar y respaldar el fútbol femenino de la misma manera que se hace con el masculino. Al hacerlo, estaremos promoviendo la igualdad de oportunidades y construyendo un ambiente inclusivo donde las mujeres puedan jugar sin miedo a los comentarios y juicios basados en estereotipos de género. 


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