Invertir más, ¿Lo único que hay?
Es claro que en la Liga MX Femenil existe un dominio de dos equipos sobre el resto. Cada semestre, desde hace un par de años, volvemos ineludiblemente al mismo debate y a rasgarnos las vestiduras sobre si ver otra final regia es aburrido, efecto de la falta de interés del resto, etc. El lugar común invariablemente lleva a algunos a pronunciar: “Si quieren un cambio, pídanle a los demás que inviertan en lugar de castigar a quien lo hace bien”. Pero, ¿Eso es todo lo que hay? Reflexionando un poco, me gustaría presentar algunos puntos a consideración respecto del tema, esperando ampliar el foco de la conversación.
1. No podemos mirar esta competencia bajo las mismas lógicas que con la liga varonil. Parece reiterativo, pero no lo es. De inicio, la liga se creó bajo condiciones distintas: Límites de edad, restricción de nacionalidad, vaya, hasta un tope financiero (ilegal y que afortunadamente ya fue objeto de una sanción por parte de COFECE). El futbol femenil del país llevaba un atraso importante, y al crearse la liga, los equipos se disputaron algo que era y en cierta forma, sigue siendo, un recurso escaso: Jugadoras con procesos formativos completos y bien desarrollados. Talento hay, y mucho, pero en realidad, ¿Cuántas jugadoras existen que hubieran tenido, hasta 2017, un paso por selecciones consistente, y procesos formativos o profesionales en el extranjero, (asumiendo que eso brinda una mayor calidad)? Muchos equipos están formando juveniles de gran calidad (basta ver la convocatoria sub-20 de la selección), además de a jugadoras de más edad que están teniendo la oportunidad de brillar, pero esto tomará tiempo. Si asumimos hipotéticamente una liga donde se necesitan alrededor de 500 jugadoras y con todos los equipos operando con el mismo presupuesto, aun así, sería insuficiente.
2. Hay otras vías para competir, más allá de tener la plantilla más cara. ¿Cuáles? Staff. Infraestructura. Preparación física, táctica, nutrición, atención psicológica, todas pueden ser igual de vitales para el éxito como el tener una plantilla de 11 seleccionadas nacionales. Un cuerpo técnico adecuado, puede explotar al máximo el potencial de una plantilla. Sin embargo, asumiendo que un equipo esté dispuesto a invertir, esta avenida también está bloqueada por la falta de recurso humano. De la Liga MX Femenil, ¿Cuántos DTs en realidad estaban especializados en futbol femenil antes de asumir sus cargos? Sabemos que una jugadora está más expuesta a una lesión de ligamento cruzado, ¿Cuántos de los preparadores físicos estaban o están conscientes de ello y planifican en consecuencia? La liga debe de buscar formar no sólo jugadoras, contar con cuerpos técnicos y médicos especializados es igual de importante. Entre mejores pizarras tengamos, mejor calidad veremos. Aunque el salario es importante, a muchas jugadoras les importa también el estar en equipos con proyecto, donde puedan crecer como jugadoras, o simplemente estar en ciudades donde por preferencia personal o temas familiares, se sienten a gusto. Eso también es explotable.
3. Hay que dejar de reducir el análisis a sólo voltear a ver a los de siempre. Santos tuvo una temporada fantástica. Tijuana (uno de los bastiones pioneros del futbol femenil), volvió a liguilla. León continúa con la construcción del complejo “La Esmeralda”, que tendrá una casa club para la femenil. Necaxa no calificó, pero tuvo su mejor cosecha de puntos. Chivas tuvo su primera campeona de goleo. En general la temporada regular tuvo buenos juegos, goles y distintas narrativas, en un marcado contraste con la liga varonil que se hundía en una crisis de falta de goles. Claro que falta consolidar a más equipos para tener liguillas que den más sorpresas, pero es simplista y absurdo ignorar los pasos del resto de los equipos, sean grandes o pequeños. Aquí también es responsabilidad de quienes tienen el micrófono de salirse de los lugares comunes y voltear hacia otros lados. Analizar la liga no es sólo escribir una crónica de quién ganó el título, tenemos la responsabilidad de registrar la historia de todo un proyecto.
4. No es castigar a quien lo hace mejor, pero ¿Puede ser contraproducente la disparidad? No, no estoy diciendo que se debe implementar un tope salarial. Pero sabemos que había o hay una resistencia por parte de varios de los clubes para invertir o al menos promocionar su proyecto femenil. O quizá de verdad no tienen los recursos. ¿Qué tan sostenible es para el crecimiento de la liga el tener un dominio tan marcado de un par de equipos? Sabemos que Monterrey es una gran ciudad que apoya a su femenil, pero en el top 3 histórico de partidos de mayor audiencia, no figura ningún clásico regio, a pesar de haberse disputado cuatro finales con una quinta en puerta. Como directivo de un club que terminó entre los puestos 10 a 17 de la tabla, ¿Qué tanto me animo a lanzar una inversión milonaria para ver si puedo alcanzar a los punteros? Si quisiera y tuviera el capital, ¿Sabría siquiera cómo hacerlo? Reitero, los clubes que están intentando abrir mercado no deberían ser castigados por ello, pero esto no quiere decir que no debemos hacernos preguntas acerca de cómo eso pudiera impactar en la existencia misma de la liga.
5. Más dinero, ¿Es lo mejor? Por supuesto que es importante conseguir más financiamiento para los equipos femeniles, y es fantástico que las marcas se den cuenta del potencial. Pero la búsqueda de fondos tampoco debería de obviar las consideraciones éticas de ciertos patrocinios. En México, existen patrocinios importantes de cerveceras y de casas de apuestas, cuando en otros países ya se están regulando, particularmente en el caso de las apuestas, y hay clubes como el Lewes FC que no los aceptan bajo ninguna circunstancia. En Estados Unidos, la afición del Washington Spirit se pronunció en contra de Intellibridge, una firma de seguridad, al considerar que no se alineaba con sus valores. En México, Tigres acaba de anunciar patrocinios de alto perfil con Bitso (bitcoin) y en la rama femenil, Meta (Facebook). Existen argumentos ambientales contra uno, y todo un entramado de acusaciones respecto a la influencia política y económica del otro. El que Tigres haya logrado patrocinios de tan alto perfil es, sin duda, un gran mérito, pero como aficionados, es importante mantener un ojo crítico ante estas situaciones.
¿Estaríamos dispuestos a aceptar una liga femenil cuya principal fuente de ingresos sea, por ejemplo, una casa de apuestas? ¿Se vale aceptar dinero para fortalecer la liga a costa de lo que sea?
Preguntas que tocará considerar a cada quien.