Liga MX Femenil: Competitiva… ¿Para quién?
A seis años del inicio de la liga, no sólo hemos disfrutado de cientos de partidos, goles, y momentos memorables: También se han abierto una gran cantidad de temas de discusión, deportivos y sociales alrededor de ella, y de lo que representa la participación de las mujeres en el deporte más popular en el país.
Uno de los aspectos que han ido adquiriendo mayor relevancia en este tiempo ha sido el de la paridad (o falta de ella) en la competencia. Aunque la liga sigue creciendo en exposición mediática, asistencia a los estadios, y relevancia internacional, también es necesario preguntarnos si este crecimiento ha sido equitativo, y si ha resultado en una mayor competitividad entre los equipos de la liga.
Uno de los indicadores más significativos es el hecho de que sólo cuatro equipos distintos han ganado campeonatos de liga (Chivas, Tigres, Rayadas y América), sumándose Pachuca a la lista de los que han disputado una final. La inversión en plantilla, condiciones laborales e infraestructura de estos clubes está muy por encima de aquellos que normalmente se encuentran al fondo de la tabla de puntos.
El objetivo principal de esta nota es el de revisar las cifras, para conocer qué tanto se ha ampliado o cerrado la brecha de rendimiento en los torneos de liga, revisando en forma separada el rendimiento en temporada regular, contra el desempeño en la fase de eliminación directa de liguilla, tomando en cuenta que la competición ha tenido que atravesar cuatro momentos fundamentales en su historia: La apertura a jugadoras de doble nacionalidad, la pandemia de covid-19, la eliminación de los topes de edad para las alineaciones, y la entrada de jugadoras extranjeras.
Temporada Regular
Para valorar el rendimiento en temporada regular, y con el fin de unificar criterios, ya que no todas las temporadas se han jugado con el mismo número de partidos, se midió la cantidad de puntos obtenidos por partido (puntos divididos entre partidos jugados) del 1er lugar, el 8avo (es decir el mínimo para calificar a liguilla), y el último lugar.
Como se ha mencionado anteriormente, la liga ha tenido un proceso único, ya que inicialmente los equipos sólo podían registrar jugadoras con nacionalidad mexicana, y debían cumplirse parámetros en las alineaciones con el fin de no exceder un número de jugadoras mayores de 23 años. Otros puntos de inflexión han sido la pandemia de covid-19, la eliminación de los topes de edad ya referidos, y la llegada tanto de jugadoras de doble nacionalidad (principalmente mexicoamericanas) y de extranjeras, contando con jugadoras tanto de norte, centro y Sudamérica, así como de Europa, Asia, y África.
Podemos observar que en realidad no ha habido un cierre significativo en las brechas de rendimiento: En el torneo Clausura 2021 se dio la mayor paridad, probablemente debido a un mejor equilibrio al eliminarse la restricción de edad, y antes de la llegada de jugadoras extranjeras, donde la inversión podía tener un peso aún mayor al que ya tenía a la hora de conformar una plantilla, ya que, si bien existieron restricciones salariales ilegales de inicio (y que fueron sujetas a una multa de la Comisión Federal de Competencia Económica, COFECE), en la práctica las limitaciones nunca han sido para el techo económico, por lo que no hay ninguna forma de salvar las diferencias entre los clubes que deciden invertir en los salarios más elevados, y por otra parte, tampoco se castiga el no cumplir con un mínimo de condiciones laborales. Es decir, la única obligatoriedad es la participación, no el desarrollo de ésta bajo un piso mínimo.
Curiosamente, en las últimas tres temporadas, se aprecia que el 8avo lugar ha ido ganando terreno, mientras que el primer lugar ha permanecido con una variación muy ligera. Sin embargo, el rendimiento del último lugar ha ido a la baja. Es decir, la competencia se da entre varios pelotones de equipos con condiciones similares, y para visualizar esto, basta con revisar la tabla general del último torneo concluido:
Podemos observar que los cinco punteros son los únicos que han disputado una final: Rayadas, Tigres, América, Chivas y Pachuca. El siguiente grupo, que va desde los 28 a los 25 puntos, lo conforman el resto de equipos que pelea una plaza de liguilla. Entre estos, destaca el equipo de Juárez, ya que inició como una de las franquicias más débiles de la liga, sin embargo, el club decidió fortalecer su rama femenil, logrando su primera calificación a fase final. Si bien Atlas ha sido tradicionalmente un equipo de liguilla, Grupo Orlegi no ha mostrado un excesivo interés en los dos equipos con los que cuenta (el otro es Santos), dependiendo más de una buena plantilla de jugadoras que se ha ido quedando corta con algunas salidas.
El siguiente grupo lo abarcan equipos como Toluca, León, Querétaro, San Luis, Santos, Cruz Azul y Puebla, los cuales han tenido temporadas muy variables, y algunos de ellos han logrado al menos una calificación en liguilla, e incluso y contra pronósticos iniciales, llegando a semifinales. Al fondo de la tabla se encuentran Necaxa y Mazatlán, los cuales poco o nada han podido hacer para despegarse de esos sitios y son las víctimas de casi cada semana. Otro parámetro es la cantidad de partidos ganados por 4 o más goles en cada una de las temporadas:
Al igual que con los puntos, tras un periodo de reducción, la tendencia de los últimos 18 meses ha sido de incremento, e incluso en la última temporada se llegó a la 2da mayor cantidad de goleadas.
Ahora, si bien en temporada regular es normal que la competencia sea más desigual debido a la gran variabilidad de inversión e interés por parte de los clubes, ¿Existe alguna diferencia cuando se enfrentan entre sí los 8 mejores equipos de cada torneo?
Liguilla
Para evaluar la competitividad en liguilla, se realizó un conteo de los marcadores que se han dado en cada serie (compuesta por dos juegos, es decir que se tomó en cuenta el marcador global) de fase final en la historia de la liga, en las siguientes categorías:
- Serie empatada (definida por posición en tabla o penales)
- Serie ganada por 1 gol
- Serie ganada por 2 goles
- Serie ganada por 3 goles
- Serie ganada por 4 goles
- Serie ganada por 5 o más goles.
Para facilitar la visualización, se realizó una semaforización donde se asignaron colores verdes a los marcadores más cerrados, pasando a un rojo más intenso cuando la diferencia es más amplia. Como podemos observar, a partir de la llegada de extranjeras, hubo un reequilibrio, ya que incluso los equipos de media tabla o tabla baja tuvieron acceso a este recurso; sin embargo, en los últimos 18 meses, las brechas se han abierto cada vez más.
¿Qué significa esto para la liga? Por una parte, las goleadas espectaculares pueden resultar atractivas para atraer aficionados, sobre todo considerando que uno de los puntos de desencanto de la afición con las fases finales es que los partidos suelen ser muy conservadores y de pocos goles; sin embargo, existe una cara negativa, ya que las coberturas de medios y el prejuicio hacia el futbol femenil como “amateur” se puede acentuar al darse resultados de este tipo.
Volviendo al primer dato sobre el hecho de que sólo 4 de los 18 equipos han levantado un título, tenemos que la liga se puede volver muy predecible, generando hartazgo entre quienes la siguen. No olvidemos que desde el torneo Clausura 2018 al Apertura 2020 se disputaron 5 finales seguidas entre Tigres y Rayadas, y, como se puede observar en la siguiente gráfica, la cantidad de goles fue reduciéndose en cada edición.
A pesar de ello, en términos generales podemos decir que la cantidad de anotaciones en liguilla es bastante buena, a pesar de que esto se dé cada semestre por las mismas protagonistas. Sin embargo, será importante evaluar qué debe de hacer la liga para poder fomentar el desarrollo de mejores proyectos entre los equipos que no son competitivos, ya que no existen incentivos para ello. Tampoco considero que deban de existir topes salariales, sino que deben de garantizarse mínimos para que los equipos que actualmente se encuentran en situaciones desfavorables puedan hacerlo mejor, y eso pasa por varias cuestiones:
Los equipos de fondo de la tabla cuentan con menor presupuesto, además de una menor atención a temas como la profesionalización de cuerpos técnicos, preparación física, nutrición, transporte, etc.
No existen sanciones si un equipo queda en último lugar, como en la varonil, por lo tanto, no sucede nada si un proyecto se estanca.
Sigue habiendo una falta de interés real para buscar hacer que los equipos femeniles sean sustentables: Han habido pocas aproximaciones desde el lado comercial para intentar generar patrocinios e ingresos con marcas distintas a las que ya patrocinan a los equipos varoniles. Hay una buena oportunidad de mercado desperdiciada porque no hay la capacidad o la visión de buscarla.
Tal vez existan equipos universitarios como UDLAP, Leones Negros, TEC de Monterrey) que se encuentren en condiciones y disposición de competir a un mejor nivel.
Todo esto genera un ciclo donde una buena parte de los clubes sólo cuentan con un equipo femenil porque es obligatorio, y sin el interés ni la búsqueda de soluciones creativas por parte de la liga, la federación y los mismos equipos, difícilmente podremos pensar en que las brechas de competitividad se logren cerrar, para hacer una liga menos predecible para el espectador.