Sobre la diferencia de filosofías, objetivos y planteles
La jornada 11 de la Liga BBVA MX Femenil trajo consigo una edición más del “Clásico de México” porque llamarle “El partido que involucra a las instituciones futbolísticas con más tradición en el país” es muy largo.
Hago la distinción porque este servidor ha criticado hasta el cansancio ese afán que tienen las televisoras, el equipo de marketing de la liga y de los equipos, así como de los patrocinadores, de etiquetar como “clásicos” a los partidos que involucran a los equipos más mediáticos, ganadores o que simplemente generan mayor expectativa entre la afición.
Más allá de las emociones que nos regaló el encuentro y de la confirmación del América como un serio contendiente a repetir el campeonato conseguido en el torneo anterior, me gustaría hacer un análisis sobre la diferencia que hoy en día existe entre ambas instituciones.
A partir de este momento, querida y querido lector, habrá un sesgo pasional que me orillará a tocar con mucho más profundidad la situación del Deportivo Guadalajara. Ahora bien, si usted lo que desea es un texto que se deshaga en halagos hacia el Club América, le invito a leer mi columna que lleva por título “Las Superáguilas”.
Sobra decir que el primer punto en donde ambas instituciones se encuentran paradas en estrados completamente opuestos es su filosofía institucional. Mientras las Chivas respetan una tradición de jugar con puras jugadoras mexicanas, las Águilas tienen todo un universo de jugadoras elegibles para portar la playera azulcrema.
Lo anterior es un tema que ha generado muchísimos debates a lo largo de los años; sin embargo, me parece increíble que aún haya personas que cuestionan la ya mencionada tradición rojiblanca, ya que es un elemento que claramente ha rezagado al equipo frente a los planteles más poderosos de la liga. No obstante, la filosofía es el elemento más importante dentro de una organización; es lo que permite delinear los objetivos y nutrir la historia a través de la consecución de los mismos.
Sin filosofía no hay identidad y sin identidad no hay sentido de pertenencia. Ahora bien, ¿cómo se logra el sentido de pertenencia? A través del paso de las futbolistas en fuerzas básicas. Es en las divisiones menores en donde se aprende la historia y los valores del club. En este sentido, Nelly Simón conoce muy bien la institución para la que trabaja, pues ha comenzado a fincar una estructura de fuerzas básicas con el objetivo de desarrollar futbolistas que sean referentes para el propio club, que logren la trascendencia en algún otro equipo de la liga o que lleven su talento al extranjero.
En virtud de lo anterior, el crecimiento de la liga no depende solamente del número de patrocinadores que se sumen a ella o del éxito que tenga la Selección Nacional; por el contrario, la liga estará más cerca de alcanzar el nivel de las principales potencias si la estructura de fuerzas básicas de la gran mayoría de sus instituciones es equiparable al de las ligas top del mundo.
Siguiendo con el tema de las fuerzas básicas, el Deportivo Guadalajara también tiene un plan de desarrollo humano para sus jugadoras basado en la formación académica. El apoyo del equipo no sólo está enfocado al estudio de una carrera universitaria o de posgrado, también les dan oportunidad a sus jugadoras de tener una carrera ligada al deporte, pero desde otras trincheras, como lo son la dirección técnica o la gestión deportiva.
Esto tiene gran relevancia, ya que (tristemente) aún existe un alto número de futbolistas que dejan el profesionalismo por causas ajenas a las deportivas, siendo la preparación académica el único recurso que ellas tienen para buscar un crecimiento profesional alejado de las canchas.
Por otro lado, al equipo azulcrema le costó varios torneos la gestación de su proyecto pero para su fortuna, actualmente tienen un equilibrio entre jugadoras nacionales de gran nivel y estrellas provenientes de los mejores equipos del mundo. Y si bien el resultado del último encuentro ante Tigres, quizás el mejor parámetro de nuestra liga, no fue favorable, es un hecho que actualmente tienen el capital humano para poner en entredicho la supremacía de las llamadas Amazonas.
Las Águilas saben que gracias a la inversión que se ha hecho en últimas fechas (incluida la más reciente adquisición de Kheira Hamraoui), cualquier resultado que no sea el campeonato será cuestionado dentro y fuera de las oficinas de Coapa. Aunque claro, la exigencia y las críticas siempre han estado y estarán acompañando al Club América hasta el final de nuestros días.
La diferencia más grande entre las gestiones de Nelly Simón y Claudia Carrión es la inmediatez de sus resultados. La directiva rojiblanca está consciente de que, a pesar de tener un plantel competitivo y que cada año llegan a instancias definitivas, no siempre los resultados serán positivos, pues la generación de futbolistas y el cierre de fichajes inteligentes sigue siendo su prioridad número uno.
Los asuntos pendientes
Si hay un objetivo que la directiva americanista indudablemente debe plantearse es el de formar jugadoras que tengan en su ADN la filosofía azulcrema. Entiendo a la perfección que tener un equipo que celebre campeonatos es una idea sumamente seductora para la afición, pero estoy cierto que la misma Carrión está consciente de que el proyecto que encabeza necesita jugadoras (determinantes) formadas en el club para perpetuar el sagrado americanismo que todas y todos conocemos.
En cambio, Nelly Simón tendrá que aprender de sus experiencias en torneos pasados para trabajar en una característica fundamental de los equipos ganadores: la profundidad de su banca; no se necesita ser una o experto en futbol para saber que el punto débil del Deportivo Guadalajara es la riqueza de su plantel. Cada que el destino las pone frente a rivales de alta gama, las Chivas han logrado mantener un nivel bastante competitivo durante gran parte de los primeros 45 minutos; el problema se presenta cuando se necesitan variantes para revertir un marcador o cuando simplemente el fondo físico está llegando a su límite. Me atrevería a decir que la directiva del Guadalajara requiere hacer un esfuerzo para traer a dos jugadoras de nivel que alimenten la banca y así poder acercarse a los planteles más poderosos de la liga.
El presente texto pudiera parecer una forma de justificar derrotas y/o malas decisiones a nivel gerencial de tal o cual equipo. No obstante, la verdadera intención del mismo es proponer un análisis que vaya mucho más allá de los resultados y se enfoque en conocer los objetivos de cada institución para exigir en función de ellos.
Entiendo que lo ideal es tener un equipo ganador y que sea autosustentable en materia de generación de futbolistas para evitar constantes fugas de capital. Sin embargo, la realidad nos dice que muy pocos equipos en la historia han podido convertir ese sueño en realidad y cuando por fin lo logran, el ciclo de la vida se encarga de terminar con ellos, poniendo una vez más de manifiesto que las curvas de rendimiento jamás son constantes en su totalidad.