El mundial: un hermoso pretexto para conocer historias maravillosas.
Un mundial de futbol es como una caja repleta de sorpresas: no importa cómo ni cuándo, pero eventualmente tendremos ante nuestros ojos un suceso que nos dejará con la boca abierta o que quizá quede grabado en los anales de la historia del deporte.
La Copa del Mundo que actualmente se desarrolla en tierras australianas y neozelandesas nos está regalando historias maravillosas. Y es que un evento de esta magnitud no sólo resulta atractivo por el espectáculo que sucede dentro de la cancha, lo cual, para ser honestos, ya es bastante.
En esta ocasión, no tuvimos que esperar demasiado para ser testigos de un récord histórico, ya que el partido inaugural entre Australia e Irlanda tuvo una audiencia de 1.97 millones de espectadores, según cifras de la propia televisión australiana. Sumado a este total, habrá que tomar en cuenta el número de aficionados que se dio cita en dicho partido (75, 784), siendo una cifra nunca antes vista en un partido de futbol femenil en el país en comento.
Por otro lado, me pregunto cuál era su contexto personal y/o académico cuando tenían 16 años; y si actualmente tienen dicha edad, ¿cómo es su vida estos momentos? La razón por la cual hago estos cuestionamientos es porque el partido correspondiente al grupo H entre Colombia y Corea del Sur nos hizo ser testigos de un hecho sin precedentes: el debut de una futbolista de 16 años.
Casey Phair es el nombre de la delantera surcoreana que se convirtió en la futbolista más joven en la historia en aparecer en una justa mundialista (sin importar el género). El récord permaneció intacto desde 1999, cuando la nigeriana Ifeanyi Chiejine hizo su aparición en la Copa del Mundo de Estados Unidos.
Pero hay una historia que ha llamado la atención por su íntima relación con la vida de una futbolista. La descripción que acabo de hacer no busca colocar esta historia en dentro de la categoría de notas amarillistas ni mucho menos; todo lo contrario, tiene como afán retratar un hecho que verdaderamente rebasa el ámbito deportivo y su misma naturaleza lo convierte en algo extraordinario.
El contexto es el mismo que rodeó el ya mencionado debut de Casey Phair. En este sentido, corría el minuto 38 y Linda Caicedo, actual futbolista del Real Madrid, tomó el balón en el sector izquierdo del campo, avanzó en diagonal hacia el área rival, se quitó rivales de encima y definió con un tiro al arco que, vale la pena decirlo, se le escurrió de las manos a la portera Yoon Young-Geul. La secuencia de la jugada es maravillosa, pues gracias a una conducción magistral, la pelota precía amarrada a la parte externa de su pie derecho, haciendo imposible la reacción de las defensoras que hacían su recorrido en dirección a su propia puerta.
La historia detrás de esta anotación es mucho más profunda de lo que parece, ya que Caicedo, con tan sólo 18 años, es un ejemplo de resiliencia y compromiso con el deporte que más ama.
Con 15 años en su haber, la futbolista colombiana militaba en el Deportivo Cali, cabe señalar que para ese momento ya también había vestido la camiseta de la selección absoluta de su país. Sin embargo, la vida le tenía preparado un escenario complicado de afrontar. En metáfora futbolística, quizá se trataba de un partido que no ganaría tan sólo con sus capacidades técnicas y tácticas, sino gracias a un sinfín de factores que estaban fuera de sus manos.
El partido que estaba a punto de jugar la enfrentaba con un rival que ha tomado la vida de miles y miles de personas: el cáncer. Bajo la premisa de “se puede salir de eso, superarlo. Yo soy un ejemplo”, Caicedo se sometió a una cirugía en 2020; sin embargo, y para su mala fortuna, tan sólo unos días después de haberse sometido a su cirugía, llegó la pandemia de COVID-19 y así fue declarada paciente de alto riesgo.
Pero sus sueños eran más grandes que sus dolencias, por lo que, tras seis semanas de quimioterapias, comenzó con su preparación para regresar a su lugar favorito: las canchas. Fue así como en octubre de ese mismo año volvió a vestir la camiseta del Deportivo Cali; pasaron pocos días para que anotara su primer gol y a la postre también alcanzó los cuartos de final en el torneo local.
Esta situación era conocida únicamente por el círculo cercano de la jugadora, de hecho hace muy poco decidió hacerla pública y se confirmó la versión de que Caicedo jugó los primeros meses aún con secuelas de las quimioterapias, haciendo todavía más complicada la práctica deportiva.
A partir de ese momento, su vida cambió por completo. En 2021 fue pieza clave para el campeonato que obtuvo su equipo y también marcó el mejor registro goleador de su escuadra durante la Copa Libertadores de ese mismo año; un año más tarde, en 2022, fue proclamada como la mejor jugadora de la Copa América. Gracias a sus destacadas actuaciones, en febrero de 2023 el Real Madrid la fichó con miras a convertirla en un pilar de su proyecto deportivo a futuro.
No cabe duda de que a veces el futbol es tan sólo un pretexto para adentrarnos en la vida de sus protagonistas y ser parte de los momentos que las y los definen como creadores de historias. Porque el deporte es eso, querida y querido lector, un cúmulo de situaciones impredecibles, las cuales se traducen en emociones inexplicables y que a su vez justifican nuestra existencia.