Desigualdad deportiva, un problema invisible
¿El deporte femenil viene de la mano de la desigualdad? Frecuentemente asociamos esta desigualdad con la falta de condiciones, la brecha salarial, la falta de cobertura, etc. Sin embargo, la raíz de esta desigualdad se encuentra en las situaciones más cotidianas, como las clases de educación física y los recreos escolares.
Es común ver cómo las canchas deportivas son mayormente ocupadas por niños, dejando a las niñas en segundo plano. Estas prácticas aparentemente inofensivas pueden ser el inicio de una desigualdad en el deporte que quizás no ha sido visibilizada.
Desde los primeros años de la infancia, les enseñan que hay cosas de niños y cosas de niñas. Por ejemplo, a los niños les regalan balones deportivos y a las niñas muñecas. Esto hace que pensemos que el deporte es más para niños y que las niñas deberían jugar con otras cosas. Dicha separación desde pequeñas puede afectar su confianza y hace que les sea más difícil participar en deportes cuando crecen.
Otro aspecto en el que pueden notarse estas diferencias de género es en el uso de uniformes, mientras que los niños suelen usar pantalones, las niñas tienen que usar faldas.
Tal situación puede hacer que las niñas se sientan limitadas en su participación en actividades deportivas como el futbol, básquetbol y voleibol, que son los deportes que más se juegan en los recreos, ya que no se sienten cómodas jugando con faldas. La falta de opciones de uniformes adecuados para las niñas también puede ser una desventaja para ellas y una de las razones por las que los niños son los que dominan las canchas en los recreos.
Para entender de mejor manera la relación de los niños y niñas en el deporte es importante conocer la perspectiva que tienen de ellos, es por eso que se recopilóaron algunos testimonios de infancias de la primaria Francisco J. Mújica, en Vista Hermosa Michoacán, que cursan en el cuarto grado de primaria. Los niños que fueron entrevistados compartían un interés por los deportes, había quienes los practicaban y otros quienes tenían el deseo de hacerlo en un futuro.
Al hablar con los niños, todos coincidieron en que los deportes no deberían dividirse por género y que todas las personas tienen derecho a jugar a lo que quieran. El hecho de que estuvieran de acuerdo en que los deportes no tienen género es una señal positiva.
Esto demuestra que las nuevas generaciones tienen una mentalidad más inclusiva, lo que les permite ver las cosas de una manera diferente y aceptar que todas las personas pueden participar en cualquier deporte. Si bien tienen una respuesta positiva con respecto a este tema, durante las entrevistas hubo respuestas un tanto contradictorias, como es el caso de Josué y Mateo, estudiantes de la primaria.
Para Josué los deportes no tienen género, pero tiene muy presente que las niñas son ágiles y dice que los deportes de agilidad son los adecuados para ellas y en el caso de los niños la fuerza es la que los caracteriza, es por eso que los deportes de fuerza son los indicados para los niños. Mateo considera que sí hay algunos deportes que se definen por el género. Por ejemplo, “la gimnasia es para niñas y el futbol para los niños”, también mencionó que las niñas no saben jugar futbol.
Se puede observar en las respuestas de ambos que aún no tienen una idea como tal definida de la desesigualdad de género. Esto sucede porque está muy normalizada y para ellos es común pensar que los deportes son de hombres porque son ellos los que han tenido el foco de atención, aquí es donde las clases de educación física en las escuelas podrían ayudar a fomentar de manera igualitaria la actividad deportiva. Además, desde casa se pueden erradicar ciertos comentarios que promueven estereotipos de género en el deporte, como “juegan como niñas”, “las mujeres no son buenas jugando futbol”, entre otras.
Porque por más que parezcan comentarios “inofensivos” pueden ser el inicio del desinterés de las niñas por el deporte, como es el caso de Valentina, alumna de la misma primaria, quién mencionó en la entrevista que el deporte que quiere practicar en un futuro es el futbol, sin embargo aún no lo ha intentado porque le tiene miedo al balón y no se siente segura de jugarlo.
La inseguridad de practicar este deporte se hizo más presente cuando quiso jugar con sus primos, pero le dijeron que no podía porque era mujer. Otro motivo por el cual Valentina se desanima para practicarlo es porque tendría que jugar en un equipo de niños, ya que ella menciona que no existe un equipo donde jueguen solo niñas.
Marieta, otra alumna, mencionó que le gustan los deportes, en especial el futbol y el básquetbol, pero no los practica porque no ha encontrado clases para niñas en su municipio.
El hecho de que no existan como tal equipos exclusivos para niñas en los diferentes deportes puede aumentar el desinterés y las niñas pueden sentirse limitadas en practicar algún deporte. Al no darles un espacio para desarrollarse deportivamente se les está arrebatando una oportunidad.
Después de conocer la perspectiva que tienen las niñas y los niños con relación al deporte, también es importante darle voz a quienes trabajan con ellos, por lo que se entrevistó a Dulce Maria Camacho Arreola, profesora de educación física de la escuela Francisco J. Mujica. Una de las principales inquietudes era conocer si existen diferencias en la manera en la que los niños y niñas participan en las actividades físicas.
En palabras de la maestra Dulce: “Los niños y las niñas se incluyen de igual manera, aunque si llega a haber alguna niña que se muestra un tanto apática, en el caso de los niños no es así”.
Algo que es importante resaltar de esta respuesta es cuando la maestra menciona que hay algunas niñas que se encuentran desinteresadas en la actividad física, quizás esta reacción puede venir de la mano del desinterés que puede estar influenciado por la ausencia de espacios deportivos y la falta de promoción de actividades físicas dirigida específicamente para ellas en su municipio o círculo social.
Socialmente se educa con la idea de que el deporte no es para las niñas y esta percepción se puede ver de diferentes maneras, por ejemplo, desde temprana edad se observa que los protagonistas en el deporte son hombres. Si crecen viendo principalmente varones en la televisión y en las comunidades son los que practican deportes como el futbol o el básquetbol entre otros. En el ámbito de las escuelas, las niñas son minorías en los recreos, por eso es natural que muchas niñas se sientan excluidas o busquen otras formas de entretenerse.
Sin embargo, es importante reconocer que no a todas las niñas les gusta el deporte y está bien, pero para las que sí les interesa es fundamental dar espacios inclusivos y promover la igualdad en el deporte desde una temprana edad.
La igualdad de género es clave para generar un ambiente más inclusivo. La profesora mencionó en la entrevista que los maestros juegan un papel importante para promover la igualdad de género, por ejemplo, incentivan a las niñas y niños para participar en las mismas actividades deportivas.
Así como lo menciona Dulce, es importante tener definido que los deportes no tienen etiqueta, ya que no importa si lo practica una niña o un niño, lo que importa es la capacidad y la habilidad que tienen para hacerlo.
Después de hablar de esas “pequeñas desigualdades" que están normalizadas es también importante responder esta pregunta: ¿cómo esta situación puede afectar de forma psicológica a las niñas? Hay que tener en cuenta que tanto niñas como niños están en constante crecimiento y quieren descubrir cosas nuevas.
Si las niñas viven en un entorno en el que se les niega participar en algún deporte porque se considera que las hará menos femeninas, esto puede condicionar su participación en actividades físicas.
A veces, al no brindar el apoyo en descubrir gustos deportivos se interpreta como algo no tan importante a creer que “porque son niños, ya se les pasará". Pero, ¿y si no es así y realmente estos comentarios llegan a afectar más de lo imaginado? Para tener una respuesta más acertada respecto a lo antes mencionado, Paulina Carrillo, Psicóloga, comparte su opinión la cual ayuda a comprender cómo estos factores pueden influir psicológicamente en las niñas.
“Los niños en general se van a seguir moldeando el resto de la vida, pero las partes más pesadas son en la niñez, como lo más sólido, entonces hay algo que son las narrativas, que son unos discursos que están alrededor de nosotros y esos discursos son también los que participan para moldear la identidad y en la identidad se incluye la relación que tienes contigo misma”
Desde que las niñas entran a la primaria, alrededor de los seis años, empiezan a reconocer que ciertas actividades no son consideradas para ellas. Estas imposiciones influyen en su identidad y les enseñan a ver ciertos espacios, como el deporte, como algo ajeno, lo que refuerza la idea que deben asumir roles más pasivos.
En ocasiones a las niñas se les enseña que su papel es verse bien y que el acercamiento con el deporte solo puede ser fuera de la cancha como espectadoras. Esto hace que se sientan poco capaces de participar activamente en el deporte. La psicóloga Carrillo explica cómo estas ideas pueden hacer que las niñas se sientan limitadas:
“Entonces una niña, ya no se va a sentir capaz o incluso no va a sentir el agrado por el deporte porque ese no es su papel o porque va a transgredir las normas sociales y pues así les va a las mujeres que transgreden las normas sociales. Entonces son siempre más las cosas que están en contra que a favor cuando una niña quiere incursionar en el deporte”.
Que una mujer esté interesada en los deportes no es lo complicado, sino la falta de exposición a los contenidos deportivos. Es importante conocer las historias de esas deportistas que comienzan su trayectoria como deportistas y que gracias a ellas puedes darte cuenta de que si ellas pueden tú también.
Como es el caso de Fátima Jazmín Castellanos Rodríguez, quién a sus 22 años practica halterofilia adaptada, originaria de Jamay, Jalisco, empezó a hacer deporte a los 15 años inspirada por un amigo. Debido a su discapacidad, comenzó a practicar halterofilia adaptada, luego de cuatro meses de entrenamiento, ganó una medalla de oro en los Parapanamericanos en Brasil. Ella entrena dos veces por semana haciendo ejercicios físicos y levantando pesas con una barra especial. A Fátima le encanta competir porque le gusta superarse y ver a otras personas que admira.
El deporte ha sido muy importante en su vida. Le ha dado confianza y la hace sentir orgullosa de sí misma. Además, ha recibido mucho apoyo de su familia y amigos. Guerrera y Fuerza son dos palabras con las que se identifica Fátima Jazmín, quien ahora suma ocho años de experiencia y sueña con ir a unos Juegos Paralímpicos.
Después de recopilar información de la psicóloga, los niños y la maestra de educación física se concluye que la desigualdad en el deporte sí puede tener inicio en la niñez, puede comenzar en los recreos en las clases de educación física Incluso desde casa, las niñas aprenden que no pueden participar plenamente en ciertas actividades cuando hablamos de desigualdad en el deporte casi siempre nos centramos en el ámbito profesional, pero raramente se cuestiona donde inicia. Para que exista en el deporte profesional primero debe haber una base de desigualdad, que se establece desde la infancia. Es importante reconocer la raíz del problema.
“Pues que no tengan miedo de saber que es un deporte y que experimenten y que vean qué deporte les gusta; si les gusta el fútbol adelante o si les gusta el básquetbol. Si les gusta la natación, si les gusta clavados o otro tipo de deporte no tengan miedo y que salgan adelante y sigan sus sueños”, concluye Fátima al conocer las desigualdades que viven las niñas que están interesadas en el deporte, pero se sienten inseguras.