Se acabaron los fantasmas
Dicen que las historias siempre tienen un final feliz, que tarde o temprano… Tu momento llega.
GOL, GOL, GOL, GOL, GOL, de la reina, para desatar la locura y abrazar la Champions. ¡ALEXIA PUTELLAS SEGURA EN EL 95’! Es un broche espectacular, un escenario escrito…
Tenía que ser ella, la capitana, jugadora histórica del FC Barcelona. Aquella que había pasado por tanto en las últimas temporadas, que entró al campo en el minuto 92, teniendo en mente el tiro de Patri al travesaño que no estuvo ahí para rematar y decidida a darle a un San Mamés teñido de blaugrana, su tercera Champions.
No es fácil enfrentarse a un equipo que jamás has logrado vencer, los recuerdos quedan presentes en la memoria y atormentan con la posibilidad de que el relato se repita. El Lyon llegaba a Bilbao con una racha perfecta frente al Barcelona. Cinco partidos, dos de ellos finales, una única historia, aquella donde las francesas alcanzaron la gloria y las catalanas se quedaron a un paso de ella.
Esta temporada, el fútbol decidió concederle al Barça una oportunidad más de acabar con los demonios del pasado y coronarse campeonas frente al Olympique Lyonnais. ¿Sería el 25 de Mayo la fecha ideal para lograrlo?
El partido más esperado de la campaña se ponía en marcha con ambos escudos siendo desplegados en la cancha y el himno de la competición a todo volumen, ilusionando a los más de 53,000 aficionados presentes en las gradas del estadio. Todos ellos con una misma esperanza, ver a las suyas conquistar el título más prestigioso a nivel de clubes, la Champions League.
Los dos equipos salieron bien plantados al terreno de juego, el Olympique más rápido, el Barcelona más insistente. Las primeras en proponer fueron las francesas por banda derecha, con un centro de Diani quien había recibido el balón a la espalda de la defensa y un casi remate de Cascarino, que si no hubiera sido por el corte de Lucy Bronze, se cantaba el tanto que abría el marcador. Después de esa oportunidad inicial, el Barça lo intentó más, con Caroline Graham Hansen siendo la chispa para arrancar el motor.
Nos fuimos al descanso sin goles y todo por jugar. Al 62’ con toda la calma del mundo Mariona Caldentey se la deja a Aitana para que la balón de oro conduzca hasta el área chica y que gracias a un desvío de la defensa, su tiro pase por encima de Endler hasta el fondo del arco. Explota la grada, se cae el estadio. Por primera vez en su historia, el FC Barcelona le estaba ganando al Olympique de Lyon. Habían movido el mundo para llegar a esa instancia y no iban a dejarla escapar.
Quedaba poco por jugarse y las francesas acechaban la portería de Cata Coll, mandando a todas sus jugadoras al frente. El Barça poniéndole corazón, esperando a que al reloj no le quedarán más minutos. Aquí es donde, ya en el tiempo agregado, entra al campo una de las mayores referentes del fútbol femenino, la dos veces mejor jugadora del mundo, Alexia Putellas, para ponerle calma, para cerrar el partido.
Le bastaron tres instantes para colocarse en el área y con pase hacia atrás de Claudia Pina, prender la pelota en un disparo que sellaría el destino de la final. Era el momento perfecto y así lo celebraba la capitana, la que acababa de renovar su contrato dejando en claro que no iría a ningún lado. Quitándose la camiseta y agradeciendo a su afición con la icónica reverencia que habíamos visto en el Camp Nou, Alexia escribía la última frase de una historia que más bien, se había convertido en un poema.