La importancia de llamarse Alison González
La herencia colonial ha dejado una huella muy profunda e imborrable en todas las naciones latinoamericanas. Ya lo dijo Eduardo Galeano en su libro Las venas abiertas de América Latina: “la división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder”.
El Estado mexicano está obligado, por mandato constitucional, a que su población tenga acceso a los derechos humanos que reconoce su Carta Magna, así como los tratados internacionales de los que es parte. Desafortunadamente, y como parte de una periferia que limita a ciertos países a resolver problemáticas económicas, políticas y sociales de urgencia, la historia nos ha enseñado que nuestro país carece de normas estatales que fomenten la incorporación de actividades físicas, recreativas y deportivas que fomenten el desarrollo integral de sus habitantes.
La falta de estímulos al deporte, sin mencionar la desigualdad de oportunidades en materia de género, ha provocado una poca o nula participación del pueblo mexicano en la práctica deportiva de alto rendimiento.
Es aquí donde el nombre de Alison Hecnary González Esquivel comienza a tener presencia en prácticamente todas las conversaciones sobre fútbol femenil en México. Nacida en Tepic y con tan sólo 19 años, Alison González ha logrado desprenderse del molde del mexicano promedio y, a través de la práctica del deporte en su máximo nivel, ha sobresalido en su disciplina, misma que la ha llevado a ser una de las futbolistas más importantes que tiene este país y con un futuro más que esperanzador.
Foto: Atlas
Tanto en la vida, como en el fútbol, el éxito no sólo llega si se tiene el talento. El trabajo, la constancia y la estabilidad emocional son elementos fundamentales para alcanzar nuestros objetivos. Pareciera sencillo ser delantera, meter goles semana a semana y aparecer siempre debajo de los reflectores; sin embargo, dentro de un ecosistema en donde la generación de futbolistas ha sido tradicionalmente limitada, levantar la mano representa una labor titánica.
Aunado a lo anterior, habrá que decir que la práctica deportiva (de ciertas disciplinas) está limitada únicamente a los hombres, resultando en un sesgo de género que representa otro problema para las futbolistas que desean practicar su deporte, ya sea de forma amateur o en el ámbito profesional.
Alison González ha logrado sobreponerse a éstos y a todos obstáculos para lograr ser una delantera de élite. Para ella, la edad no es determinante en el desarrollo de sus cualidades futbolísticas. Al contrario, ha aprendido a explotar sus virtudes y las ha llevado al máximo nivel. Dejando un lugar reservado para sus áreas de oportunidad, de las cuales también ha aprendido y ha sacado provecho dentro y fuera de la cancha.
Sus desempeño con Atlas la ha llevado a convertirse en seleccionada nacional a nivel juvenil y mayor. Llama la atención la cantidad de minutos que le ha otorgado Mónica Vergara, teniendo en cuenta el amplio universo de jugadoras que actualmente están pasando por un buen momento futbolístico.
Foto: @MiSeleccionFem
De la misma forma, los goles que anota y la frecuencia en que se dan, le otorgaron el campeonato de goleo del torneo Guardianes 2021. Título que a la postre le dio la oportunidad de ganar el primer Balon de Oro en la historia de la Liga BBVA MX Femenil, esto en la categoría de Mejor Jugadora Menor. No obstante, el galardón que puso su nombre en un contexto internacional fue el Premio NxGn en su edición 2021, que reconoce a las jugadoras jóvenes más sobresalientes del planeta.
La carrera de Alison González apenas es una obra en construcción, ya que la madurez física y mental todavía se miran en el horizonte de su temprana edad. No cabe duda que estamos ante una de las jugadoras mexicanas con más proyección de toda la Liga y de ella dependerá tomar las decisiones deportivas y personales que, a su parecer, la acerquen a cumplir sus objetivos a nivel profesional, como jugar en Europa, que representa uno de sus sueños más grandes.
