La Capi (de Oro) del barco
La revolución industrial le otorgó a la humanidad la posibilidad de realizar trabajos complejos, sin necesidad de invertir mucho tiempo para llevarlos a cabo. Si bien la invención de las máquinas de vapor trajo una innumerable cantidad de problemas que hoy en día se ven reflejados en el quehacer corporativo, la realidad es que, a partir de la automatización de las labores, la vida del ser humano jamás volvió a ser la misma.
Una máquina, por definición, es un sistema conformado por una gran cantidad de piezas que, unidas entre sí, trabajan para facilitar o realizar uno o varios trabajos de forma satisfactoria. Sea cual sea la tarea a realizar, la ausencia de una o varias piezas imposibilitaría el óptimo funcionamiento de la máquina en cuestión, debido a que cada una de éstas tiene asignada una labor que las hace prácticamente irremplazables en el proceso de generación de energía y movimiento.
Un equipo de futbol, desde la óptica que sea analizado, es una máquina cuyo funcionamiento depende de un gran número de piezas que, gracias al desempeño de cada uno de sus componentes, persigue objetivos a corto, mediano y largo plazo. Por supuesto que la lógica nos indica que si los engranes de un equipo son los mejores del mercado y aparte hacen su trabajo de forma correcta, no hay manera en que los resultados no sean positivos.
Sin embargo, la lógica es un concepto que no siempre impone en el deporte, incluso a pesar de la existencia de “súper equipos”. Lo anterior tiene una explicación muy sencilla: los triunfos no dependen en su totalidad del talento, por el contrario, éste se complementa con el trabajo táctico y con la presencia de elementos que establezcan la ruta a seguir y se aseguren de crear entornos idóneos para la consecución de los objetivos.
El liderazgo de Liliana Mercado está caracterizado por ser poco mediático, pero por demás efectivo. A pesar de no ser la jugadora que siempre se refleja en el marcador o la que realiza las jugadas más espectaculares, su presencia jamás pasa desapercibida en cada partido de Tigres Femenil. No importa el encuentro, ni las circunstancias, pero la “Capi de oro” siempre destaca de alguna u otra forma.
Mercado ha logrado ha logrado mantener un nivel competitivo sobresaliente desde que llegó al equipo de la Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León. Muchas son las estrellas que tiene el equipo de Tigres Femenil; sin embargo, ella es reconocida por la afición y por sus propias compañeras como un elemento fundamental para los éxitos que ha cosechado dicho equipo a lo largo de su historia.
La capitanía de una escuadra se elige por diversas razones, algunas veces es otorgada a futbolistas con mayor experiencia dentro o fuera del equipo y otras tantas es una decisión basada en un consenso grupal. El caso de Liliana Mercado parece cubrir con todos los requisitos que la capitana del mejor equipo de México debe cumplir: tiene experiencia de sobra, es respetada por sus compañeras y cuerpo técnico, es considerada como un símbolo por la afición y ha sido parte de todos los campeonatos del club.
Hablando de la cantidad de títulos obtenidos, no solamente estamos ante un ejemplo de historia viva, sino también hemos sido testigos de una jugadora que ha sabido entender su papel de capitana y lo ha desempeñado de forma intachable.
Es completamente natural que dentro de un mismo equipo existan desencuentros a causa de la cotidianidad, lo que nos hace pensar que el entorno que ha creado Mercado ha sido el óptimo para que, tanto las figuras, como las compañeras que vienen desde la banca, entiendan que el objetivo es el mismo y que no existe mayor fortaleza que el trabajo en conjunto.
La obtención del Balón de Oro es tan sólo otro de los logros que se suma a la larga lista de premios para Mercado. Y es que ser la primer jugadora en la historia en ser galardonada con este reconocimiento no es otra cosa más que el reflejo de esfuerzo, dedicación y compromiso.
Desde esta trinchera sólo nos resta reconocer el esfuerzo de la liga por premiar la trayectoria de una futbolista como Mercado, quien día a día nos demuestra que su liderato y jerarquía es igual o incluso más importante que el talento de Sánchez, Mayor, Martínez, Ovalle, Cruz y compañía.